Hace un par de semanas copaba la actualidad mediática la noticia de que la idílica pareja formada por la periodista y el jugador de fútbol, Sara Carbonero e Iker Casillas, se habían separado.
Fuentes cercanas al matrimonio aseguraron que entre ellos reinaba un trato cordial por el bien de los dos hijos que tienen en común, Martín y Lucas. De hecho, se habla de que el antiguo portero del Real Madrid ya no reside en la vivienda conyugal sino en otro inmueble, pero cerca de su familia.
En cambio, también hay voces autorizadas por la pareja que afirman que los rumores de crisis quedaron en el pasado y que ahora reina el amor y la armonía en el hogar de los Casillas Carbonero.
Sea como fuere, ni Sara ni Casillas se han permitido acallar los rumores que circulan por la prensa sobre su relación sentimental.
Como de costumbre, la presentadora y el guardameta han dado la callada por respuesta sin desmentir o afirmar si realmente están atravesando un periodo de crisis o de si el divorcio ya es más que inminente. La discreción en cuanto a su vida sentimental siempre ha sido su punto fuerte.
Tan siquiera las preguntas abrumadoras de la prensa a la madre de Martín y Lucas en un aparcamiento cuando Sara montaba en su coche lograron sacarle a la periodista una mísera pista sobre cómo se encuentra la pareja.
Iker Casillas entona mea culpa
En alguna ocasión la pareja ha hablado de crisis matrimoniales pasadas o de problemas en su relación, pero de las cuales siempre han salido airosos. Después de 5 años de matrimonio y 11 años de amor, alguna que otra redecilla entre ellos entra dentro de lo común.
Iker Casillas fue el encargado de entonar el mea culpa cuando la relación se resquebrajaba tiempo atrás. El guardameta confesó que no le había prestado tanta atención a su mujer como merecía y que esto les ocasionó una etapa de crisis.
No obstante, la pareja supo esquivar aquel bache y continuar con su idilio, según dicen. Tampoco los vinieron bien dadas. La vida les juntó de nuevo, al menos para continuar un tiempo más siendo el pilar de sustento el uno del otro cuando Iker sufrió un infarto y, al poco tiempo, a Sara le diagnosticaron cáncer.
El traslado a Portugal del portero movilizó a toda la familia para Oporto. A Sara incluida, quien se organizó perfectamente para conciliar la vida familiar con su profesión en el nuevo domicilio. De igual modo, cuando el matrimonio decidió dar un paso para atrás y volver a sus orígenes, Madrid, lo hicieron juntos.
Sin embargo, los rumores de crisis se reavivan en el entorno de la pareja. Isabel Jiménez, amiga de la periodista lo sabe muy bien, pero tampoco se pronuncia al respecto.
Cierto es que, para estar en pleno proceso de separación, Iker y Sara se dejaron ver a la salida de un restaurante tras disfrutar de una comida con la guardiana de los secretos del matrimonio.
Eso sí. Cabe decir que la pareja salió por separado del restaurante y tomaron caminos diferentes. Sara se montó en el coche de Isabel sin Iker, quien tomó un camino diferente al de las dos comunicadoras.
Indistintamente de lo que esté sucediendo en el entorno familiar del futbolista y la presentadora, ambos están gestionando la situación bajo la cautela.
Aunque directamente ellos no hablan con la prensa ni se pronuncian al respecto más que para dejar claro que «no voy a decir nada», como bien apuntó Sara, sí hablan escondiéndose bajo terceras personas a quienes le conceden el poder de la palabra.
Estas fuentes aseguran que no hay ni rastro de crisis entre el matrimonio, pero es llamativo que, de ser cierto, esto no lo confiesen los propios protagonistas y pongan punto final a las especulaciones y los rumores con medias verdades.