Primer plano de Francisco Juan Plazas Villegas

Francisco, el enfermero español desaparecido tras problemas en su trabajo en pandemia

Francisco Juan Plazas decidió abandonar su casa a raíz de su depresión y se le perdió el rastro

La extraña desaparición de Francisco todavía tiene muchas incógnitas por resolver. Francisco Juan Plazas es un enfermero de 34 años que vivía en Viladecans (Barcelona) y luchó activamente en la pandemia por el coronavirus. 

El joven sanitario desapareció en extrañas circunstancias en enero de 2021 y, un año después, todavía se desconoce qué es lo que le ha pasado.

Cartel de los Mossos d'Esquadra para encontrar a Francisco Juan Plazas Villegas
Francisco Juan Plazas dijo que iba a casa de su hermana y jamás volvió | Twitter: Mossos

Francisco Juan Plazas, un hombre entregado a su trabajo

Todo empezó hace más de un año, cuando el coronavirus estalló en España. Francisco Juan Plazas era un hombre muy entregado en el trabajo y se volcó de lleno en los enfermos por coronavirus.

En este sentido, el enfermero catalán vivió una situación bastante dura en su puesto de trabajo: jornadas laborales muy largas, cierta precariedad y estar meses sin ver a su familia.

Hecho que le dolía especialmente, pues Plazas es padre de una pequeña niña de 6 años, a la cual lleva sin ver más de un año.

Cartel de SOS desaparecidos de Francisco Juan Plazas Villegas
Francisco Juan Plazas desapareció hace más de un año | SOS Desaparecidos

Francisco cogió la baja por depresión, ansiedad y estrés

Un conjunto de situaciones extremas que llevaron a Francisco Juan Plazas a coger la baja por depresión, ansiedad y estrés, después de estar luchando en primera línea de batalla durante la pandemia. A los 20 días de obtener el permiso por su enfermedad, se le perdió completamente la pista. 

El 10 de enero de 2021, el enfermero discutió con su mujer y decidió ir a pasar unos días a casa de su hermana, ya que argumentó que no quería que su pequeña lo viera mal. “Me voy a casa de mi hermana”, dijo aquel domingo por la calle, pero jamás llegó y se le perdió el rastro por completo.

“La depresión le vino en la pandemia”, señala su padre a Caso Abierto. “Tanto él como mi nuera son enfermeros. Estuvieron tres meses sin ver a su hija. Le tuvieron que dejar la niña a mis consuegros y a partir de ahí cogió la depresión”, añadía.

Francisco Juan Plazas estaba completamente entregado a su trabajo y se implicaba en cada uno de sus pacientes, cosa que finalmente acabó afectando a su propia salud. “Era enfermero psiquiátrico. Llevaba gente de todo tipo, algunos con conflictos muy grandes. Le afectaban mucho sus pacientes, se llevaba el trabajo a casa y cogió una depresión bastante fuerte”, cuenta el padre en el citado medio.

“Se mataría con la moto”, aseguró antes de salir de casa

Unos instantes antes de abandonar su casa, le llegó a decir a su hermano que “se mataría con la moto”. Sin embargo, eso no llegó a pasar. La moto de Francisco Juan Plazas apareció aparcada al lado de la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Viladecans, aunque a día de hoy no hay ni rastro de él.

Además, tampoco llegó a casa de su hermana y fue visto por última vez a 4 kilometros de la vivienda de su familiar.

“Fran no salió de Viladecans, porque tenía la moto allí”, apunta su padre en Caso Abierto. En este mismo medio, también destacó que la investigación policial está en un punto muerto a pesar de las numerosas incógnitas que rodean el caso.

Las alarmas saltaron al ver que no había llegado a casa

Dos horas después de que Francisco Juan Plazas abandonara la casa, su mujer llamó a su cuñada para cerciorarse de que había llegado a su casa. Sin embargo, todas las alarmas saltaron cuando esta le aseguró a la mujer de Francisco Juan que allí no se encontraba el enfermero.

Los familiares de Francisco Juan Plazas a día de hoy no saben dónde puede estar el sanitario. Según señala su familia, “se fue de su casa a las 17:30 h, y sobre las 17:45 h, según el rastreo del móvil, estuvo buscando en Internet centros de internamiento psiquiátrico donde pudiera ingresar de forma anónima”. 

Esta es la esperanza a la que se aferra su familia de encontrarlo con vida, a pesar de no tener ni una mísera pista de dónde puede estar.