En 2002 aparecía muerta en una cuneta la joven Déborah Fernández. Desde entonces, su caso ha estado prácticamente en punto muerto, sin grandes avances en la investigación. En este tiempo apenas se han conocido nuevos detalles sobre su desaparición y fallecimiento.
Ahora, la situación ha dado un giro radical. Por primera vez en casi dos décadas, el Juzgado de Instrucción 2 de Tui, en Pontevedra, ha citado en calidad de investigado a una persona. Presuntamente se le vincula con los hechos.
Se trataría de Pablo, el exnovio de Déborah, que tendrá prestar declaración el próximo 21 de febrero. Esta decisión tiene lugar después de que la Audiencia provincial estimara las reclamaciones interpuestas por la familia de la joven.
Contradecían así la resolución del propio juzgado, que había rechazado esta opción pese a contar con tres informes policiales. En todos ellos señalaban al mismo sospechoso. La Policía estuvo siempre en alerta debido a las múltiples contradicciones en las que recayó una y otra vez la expareja.
El inicio de una jornada "histórica"
El pasado viernes 11 de febrero se retomaron los interrogatorios a varios testigos. Lo calificaron como una jornada "histórica" al conocerse la citación del primer y único investigado, como recoge el diario Atlántico. Este crimen provocó una gran conmoción entre la sociedad viguesa, que aún hoy continúa reclamando responsabilidades.
Hace unas semanas, los peritos encargados de recuperar el disco duro del ordenador de la chica desvelaron una alteración de los archivos. Aseguraron que hubo un borrado a conciencia y selectiva de registros de Messenger y documentos.
Según estos profesionales se tuvo que realizar por medio de un programa específico. Ya fuera accediendo a la computadora de Déborah Fernández en su domicilio o haciéndose con el disco duro e instalándolo en otro equipo.
Continúan trabajando en la recuperación de dichos archivos. En estos momentos se encuentran centrados en conocer cuándo pudo llevarse a cabo dicha alteración. Creen que pudo deberse en 2002 o en 2006.
Desde sede judicial se les reclamó celeridad para presentar un informe concluyente lo antes posible. Sin embargo, dicho proceso resulta bastante complicado. Detallaron que se habían encontrado fechas y horas de archivos eliminados que no eran reales y que se había reescrito sobre ellos.
Han tratado de centrar toda la investigación en esta recuperación de datos. Aclaran que quién hizo esto se trataba de una persona con muchos conocimientos sobre el tema. Consideran que un usuario normal sería incapaz de hacer tal "lavado" a un disco duro.
Después de esta manipulación se abre una nueva puerta en la investigación. Está claro que hubo alguien que estaba interesado en que no aparecieran ciertos detalles en el ordenador de la fallecida.
Déborah Fernández pudo tener unas conversaciones que delatarían a alguien
La hipótesis más fiable es que Déborah Fernández habría tenido una conversación con alguien los días previos a su desaparición. En ella se dejaría al descubierto a una persona o a un posible móvil.
La hermana de la joven muerta, Rosa, señalaba en una entrevista en el Atlántico que "la justicia tiene una deuda con mi familia". Visiblemente molesta explicaba que "durante 18 años la Policía nos mintió. Nos dijo que mi hermana no había sufrido ni se había defendido, pero fue asfixiada".
Otro de sus grandes objetivos "será luchar para que los delitos de sangre no prescriban", señalaba. Su familia no ha arrojado la toalla en ningún momento, pese a la desilusión que se han llevado con la justicia.
Solo piden que se aclare de una vez por todas el crimen de Déborah Fernández. En las últimas semanas han conseguido importantes avances. No dudarán en hacer pública la causa para que "la sociedad sepa la realidad de lo que hemos vivido".