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El gran evento de la naturaleza que ha tardado más de 30 años y que no se repetirá

El Jardín Botánico de Puerto de la Cruz de Tenerife ha sido el escenario del esperado fenómeno

El ejemplar de Agave caribeño gigante  que hace más de seis metros de altura y que fue plantado en el Jardín Botánico de Puerto de la Cruz (Tenerife) a finales de la década de los 80 del siglo XX ha florecido por primera y única vez, tras más de 30 años de espera.

Esta es una de las plantas más singulares que alberga el Jardín Botánico y aunque su nombre científico es Agave cacozela, se la conoce también como pitera, magüey o mambú de New Providence, informó este lunes en un comunicado la Consejería de Agricultura, Ganadería y Pesca del gobierno canario.

Es una especie que solo florece una vez durante su vida  y pertenece al grupo de Agaves caribeños, entre cuyas características está la de poseer una de las inflorescencias más espectaculares con numerosas flores doradas, distribuidas de forma muy compacta en una gran vara que puede sobrepasar los seis metros de altura.

La roseta que forman las hojas alcanza los cuatro metros de ancho y es una planta muy resistente que necesita poca agua y mucho sol, por lo que se ha adaptado muy bien al clima de las islas Canarias. Esta planta es un endemismo de las Islas Bahamas, New Providence y Eleuthera, y fue descrita por William Trelease en 1913.

Floración única y con descendencia

Al finalizar su floración la planta muere tras dejar descendencia  en forma de miles de semillas. Las flores permanecen abiertas aproximadamente unos 20 días a partir de los cuales empiezan a formarse los frutos.

La consejera de Agricultura, Ganadería y Pesca, Alicia Vanoostende, explica que el Jardín de Aclimatación de La Orotava cuenta con semillas de esta especie «para poder sustituir la pérdida natural de este maravilloso ejemplar, del cual tendremos que esperar unos veinticinco años mínimo para ver su floración».

Vanoostende recuerda que durante el estado de alarma han continuado los trabajos de conservación y mantenimiento del Jardín Botánico para que cuando se puedan abrir de nuevo sus puertas los visitantes disfruten de su extensa variedad de plantas y flores «en todo su esplendor».