Primer plano de Fernando Simón

Fernando Simón da la cara tras saberse la cifra real de fallecidos por Covid-19

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias considera que las medidas restrictivas habrían sido las mismas

Fernando Simón ha respondido este jueves, 10 de diciembre, a los datos que fueron publicados por un nuevo informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) y que revelaron que la cifra real de fallecidos por Covid-19 en España entre marzo y mayo del 2020 es sensiblemente mayor a los datos que maneja el Ministerio de Sanidad. 

El informe publicó que en ese periodo de tiempo murieron en España 47.105 personas más que en 2019, y que el 97% de ellas, unas 45.684, murieron por Covid-19. De ellos, 32.652 casos estaban confirmados con la enfermedad, mientras que 13.032 no fueron confirmados por pruebas diagnósticas, pero los médicos tenían fuertes sospechas de Covid por su cuadro clínico y sintomático. 

Comparado con los datos de Sanidad, que a fecha de 9 de diciembre contaba apenas más de 47.000 fallecidos, las diferencias son muy significativas, y más si se observan los datos concretos entre marzo y mayo que el ministerio publicó el 1 de junio, cuando se contaban 27.127 fallecidos, 18.557 menos que los que ha publicado el INE. 

Ante estos datos, Fernando Simón ha salido al paso para valorar lo que significan y si el conocimiento de estas estadísticas habría cambiado en algo la lucha contra la pandemia que se lleva viviendo en España desde hace meses.

El director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias ha aclarado que las medidas que se han ido implementando en España para frenar la pandemia de Covid-19 no habrían sido distintas si se hubieran conocido esos datos de mortalidad. «Estamos hablando de una diferencia de 3.000 y pico personas, que no es pequeña, pero que no modifica la magnitud del riesgo y la toma de decisiones no hubiera variado si se hubieran conocido antes estos datos», ha explicado.

Simón ha admitido también que desde la red de vigilancia epidemiológica eran conscientes de que aparecerían estas diferencias en los datos, algo habitual en estos casos y más teniendo en cuenta la cantidad de personas que falleció con sospechas de Covid-19 sin que se le pudiese hacer una prueba para confirmar que padecía la enfermedad. 

Lo que más ha sorprendido, sin embargo, no es la cantidad de muertes de más que el INE ha contabilizado, sino la media de edad de esos fallecidos, que es más elevada en los datos del INE que los que maneja Sanidad. Este hecho se explica, según Simón, por el hecho de que se trata de personas más frágiles y vulnerables a la enfermedad. 

«Son diferencias que esperábamos. Es duro hablar de más de 3.000 fallecidos, pero son cifras que entraban más o menos dentro de las estimaciones de margen y error que manejábamos. La buena noticia es que el sistema de vigilancia epidemiológica fue lo suficientemente preciso, aunque no lo oportuno en tiempo, para que la toma de decisiones no fuera sesgada por la diferencia de fallecidos», ha explicado Fernando Simón. 

Simón defiende la gestión de la pandemia

En una carta publicada por la revista médica 'The Lancet', Fernando Simón ha querido defender la gestión que ha hecho el Gobierno de España de la pandemia de Covid-19 y ha criticado la politización de la pandemia.

España empezó a sufrir la segunda ola del coronavirus bastante antes que el resto de países europeos, y eso generó críticas sobre cómo el país estaba afrontando esta segunda fase de la pandemia y la preparación que hubo cuando se logró controlar la primera ola. 

Para Simón, el «clima desafortunado de confrontación» ha supuesto un desafió extra para los gestores de la pandemia por la dificultad de comunicación eficaz entre las distintas administraciones, y cree que «probablemente» esto haya perjudicado los esfuerzos globales de respuesta ante el Covid-19.

El director del CCAES recuerda que España aumentó «considerablemente» su capacidad de rastreo tras la primera ola, es decir, durante el mes de mayo, y asegura que antes del mes de junio se hizo la prueba PCR en un máximo de 48 horas y se logró rastrear al 90% de los contactos, unas capacidades similares a las de otros países europeos. 

A pesar de todo, Simón reconoce que el sistema tiene debilidades que afectan especialmente a la Atención Primaria, infrafinanciada y con una saturación de trabajo que impide que las tareas de rastreo y detección sean más eficaces.