«Tormenta de citoquinas». Con este término médico explican los científicos la principal causa de la inflamación pulmonar que lleva a los pacientes de Covid-19 al colapso y, en ocasiones, a la muerte, y ahora este proceso natural que se desencadena como una respuesta del sistema inmunológico a la infección, podría ser la clave para encontrar el fármaco ideal.
¿Qué es la tormenta de citoquinas? Cuando el Coronavirus intenta penetrar en las células, el sistema inmunológico se pone en marcha enviando grandes células llamadas macrófagos para destruir el virus, pero cuando esto es insuficiente se produce una liberación en tromba de citoquinas, que son proteínas que regulan la función de las células en todo el cuerpo.
El problema está en que cuando son incapaces de contener la extensión del virus, el sistema inmunológico segrega más citoquinas y entra en un bucle que le deja exhausto y rendido ante la infección. En pacientes muertos por Coronavirus se detecta un bajo nivel de linfocitos, los glóbulos blancos que deberían combatir al virus en la sangre y que están agotados. Y ahí puede estar la clave.
Porque cada vez va quedando más claro que la neumonía es la consecuencia y no la causa, y que la lucha contra el coronavirus debe remontarse a mucho antes, cuando el patógeno circula por la sangre y erosiona las paredes de los vasos sanguíneos para acoplarse a las células.
Los respiradores están siendo los salvadores de los pacientes con complicaciones, pero la solución al coronavirus está en otra parte. ¿Dónde? Hasta ahora la opción más firme era el fármaco antimalárico conocido como cloroquina, pero sobre todo en pacientes graves está produciendo arritmias fatales, y han aparecido otras alternativas.
Tocilizumab, ciclosporina A, ruxolinitib, baricinitb son nombres de fármacos que ya se están comercializando y que comparten un principio activo contra la artritis reumatoide. Si tal y como se está observando, en los casos más graves de Coronavirus se produce una inflamación parecida a la de algunas enfermedades reumáticas, estos fármacos podrían funcionar.
Uno de los centros pioneros en esta solución es el Hospital Fundación Jiménez Díaz de Madrid, donde la doctora Olga Sánchez Pernaute dirige un ensayo clínico con ciclosporina A en pacientes de Covid-19: «La respuesta del sistema de defensas es desproporcionada en tiempo o en magnitud, y la estrategia terapéutica consiste en frenar o regular esa magnitud».
Lo que están intentando estos médicos es que el Coronavirus acaba siendo una gripe normal, y para ello hay que conseguir bloquear las vías para que produzca las consecuencias inflamatorias. Hay que anticiparse al virus antes de que desate la tormenta de citoquinas.
Otro referente para esta estrategia ha sido el tocilizumab, un tratamiento para la leucemia que se administra para evitar que los tratamientos de inmunoterapia desaten la tormenta de citoquinas que llevan al paciente al colapso. Javier Cortés, oncólogo que trabaja en un ensayo para combatir al Coronavirus con tocilizumab, explica que la idea es «conseguir que los linfocitos continúen luchando contra la infección».