Noé Germán Pasciuto tenía 25 años cuando se despidió por última vez de sus padres. Ahora tiene 34 y lleva nueve desaparecido, aunque la última vez que le vieron fue en Barcelona el 20 de septiembre de 2017. María, su madre, no se cansa de buscarlo y hace un nuevo llamamiento para encontrarle.
La extraña historia de Noé empieza en Londres, donde este joven de nacionalidad argentina e italiana estaba estudiando y trabajando. Un día de 2012 llamó a su familia en Argentina diciendo que estaba bien y que no se preocuparan. Colgó, y al día siguiente todas sus cuentas, su correo y su teléfono ya no existían.
"Nos dijo que éramos los mejores padres, que nos quería mucho, pero que había decidido iniciar una vida lejos de nosotros", explica María. Esta madre lleva años de búsqueda incansable de su hijo, con viajes, contactos con el consulado y llamamientos a asociaciones y medios de comunicación.
Su hermana estuvo con él en 2016
Después del misterioso mensaje de despedida, Noé inició un periplo que le llevó hasta Roma donde fue localizado tiempo después- "Yo denuncié la desaparición ante las autoridades", recuerda María. Puso denuncias en el Consultado argentino y el italiano, y consiguió que sus datos figuraran en la Interpol.
Noé no es el perfil de personas que busca la Interpol, pero gracias a su labor en 2016 fue localizado realizando un trámite en el Consulado argentino. Su hermana, que en ese momento trabajaba en Barcelona, se desplazó hasta la capital italiana y pudo hablar con él.
"Hablaron en buenos términos, de forma amistosa, pero mantenía su intención de continuar su vida lejos de nosotros", relata María. Noé se hospedaba con su hermana en el consulado, pero aprovechó que ella había salido para volver a desaparecer. "Ni siquiera volvió a por su mochila", explica su madre.
Visto por última vez en Barcelona
La última vez que vieron a Noé Germán fue en septiembre de 2017, hace justo cuatro años, en Barcelona. La familia del chico había recibido una información del consulado, según la cual vivía en la calle como indigente. Les dijeron que "se encontraba en una situación de delirio místico".
Desde entonces, María tiene la sospecha de que su hijo fue captado por una secta por medios coercitivos. Lo primero que hacen estos grupos es cortar los vínculos de sus miembros con su familia. Destruyendo sus lazos afectivos y la comunicación con su entorno social consiguen una situación de sometimiento.
Noé podría haber entrado en contacto con este tipo de grupos antes de despedirse de sus padres. Por eso les dijo que quería empezar una nueva vida lejos de ellos. Su madre lamenta que no le hubieran hecho un examen psiquiátrico en el consulado, y "haber llegado hasta el fondo del asunto".
La única realidad, ahora, es que Noé lleva cuatro años desaparecido y que no hay pistas fiables sobre su paradero. Al haberse ido voluntariamente es difícil que se destinen recursos para buscarle. El obstinado empeño de su madre por encontrarle es hoy por hoy la única posibilidad de encontrarle.
Han viajado a España para encontrarle
Empeñada en encontrar a su hijo y volver a abrazarle, María ha volado con su marido desde Argentina hasta Barcelona. Lo han hecho "con la colaboración de parientes y vecinos, que nos han ayudado a costear el viaje". La última pista lo sitúa en la ciudad condal, donde sospechan que vive de la indigencia.
"Mi hijo es un chico muy tranquilo, muy pacífico y que nunca le haría mal a nadie, es una persona muy buena", asegura su madre. Hace un nuevo llamamiento para que cualquiera que tenga información se ponga en contacto con ellos. SOS Desaparecido ha difundido un aviso de desaparición.
Noé Germán Pasciuto tiene 34 años, mide 1,74 metros, es delgado, tiene el pelo castaño y los ojos verdes. Se le puede reconocer porque tiene acento argentino. Cualquier información puede ser comunicada a los teléfonos 642 650 775 o 649 952 957, o al correo [email protected].