La localidad valenciana de Canals se vio sacudida el pasado martes por la tragedia familiar. Un vecino se ahorcó en el patio de luces de su vivienda después de haber matado a su hermano a cuchilladas. Se trataba de Luis y de Enrique, dos hermanos de una familia maldita conocida por todos.
‘Los frailes’, así es como conocen a esta familia que durante muchos años salió adelante gracias a la venta ambulante. Su suerte cambió con la muerte del patriarca, Ricardo, y su mujer, Cecilia. A partir de entonces, sus hijos vivieron marcados por la esquizofrenia y la precariedad.
Luis, de 46 años, y Enrique, de 49, vivían en el inmueble donde el pasado martes tuvo lugar la desgracia. La precariedad económica y el consumo de drogas ahondaron en su ya de por sí complicada situación. Una discusión entre ambos desató la tragedia, apenas unos meses después del suicidio de otro hermano.
El inicio de la maldición
Ricardo, Enrique, Luis e Inmaculada son los cuatro hijos de Ricardo y Cecilia, un matrimonio dedicado a la venta ambulante. En Canals les llaman ‘Los frailes’ porque su abuelo estudió para fraile. Durante muchos años vieron al patriarca ganándose la vida vendiendo ropa en el mercado semanal.
La muerte del matrimonio dio inicio a la maldición de sus hijos. Todos ellos enfermos de esquizofrenia, se han visto condenados a un infierno de drogas, cárcel, suicidio y, ahora, también un fratricidio. “Es una familia maldita”, aseguran en el entorno, “han tenido mucha mala suerte”.
Tras la muerte de los padres, el hermano mayor Ricardo se convirtió en el pilar de la familia. No solo consiguió mantener a flote el negocio de sus padres, sino que se aseguró de que sus hermanos pudieran trabajar en el puesto. Era el más centrado de los hermanos, pero también tuvo un final trágico.
El suicidio de Ricardo
Durante un tiempo, Ricardo aseguró la entrada de dinero que garantizaba la estabilidad de la familia. Sin embargo, con el dinero entraron también en la casa el alcohol y las drogas, un cóctel explosivo que agravó sus trastornos mentales. El negocio no tardó en irse a pique, y entonces empezaron los problemas.
El 31 de enero de 2020, Ricardo apareció muerto en el cuarto de baño del piso que habían heredado de sus padres. Se trata de un inmueble en la calle Francisco Bru de Canals, el mismo en el que dos años después se ha repetido la tragedia. En torno a la muerte de Ricardo se desataron toda clase de rumores.
Algunos decían que había muerto de una sobredosis, otros que había tenido un infarto. Los vecinos especularon también con que había caído y se había dado un mal golpe. La única verdad es lo que concluyó la policía: que el hermano mayor de ‘Los Frailes’, de 51 años, se había suicidado.
Luis y Enrique se quedaron solos
Tras la muerte de Ricardo, la pequeña de la familia (Inmaculada) se casó con un ucraniano y tuvieron dos hijos. Su felicidad se truncó a raíz de un incidente con la autoridad que la llevó a ingresar en prisión un año y medio. En el domicilio familiar quedaron solos Luis y Enrique, entre broncas diarias.
El dinero era siempre el origen de las peleas entre los dos hermanos medianos, que eran conocidos por sus altercados. La Guardia Civil, la Policía Local y el ayuntamiento de Canals les tenían fichados por sus broncas. Los dos iban siempre justos de dinero, y también se llevaban mal con los vecinos.
En el barrio recuerdan que en los últimos meses iban siempre drogados, “andando como zombis”. Los servicios sociales estaban encima de ellos y la policía tenía que ir de vez en cuando a mediar en las peleas. Sin embargo, solo Luis entró en un centro de rehabilitación del que salió para volver a las andadas.
Se desató la tragedia
Queda la duda de si las administraciones hicieron todo lo posible para sacar a los hermanos de su infierno. La realidad es que los dos vivían de la mensualidad que cobraba Luis de una ayuda pública. Y que el otro hermano, Enrique, se quejaba a los servicios sociales de que se gastaba el dinero en sus excesos.
El pasado martes, poco antes de las dos de la tarde, una vecina contempló horrorizada el cuerpo de Luis colgado en el patio de luces. Se había ahorcado en una viga de hierro del techo de uralita. Cuando llegaron los agentes entraron en el piso, encontraron a Enrique tendido en un charco de sangre.
Enrique tenía antecedentes por violencia de género, lo cual ha desatado el rumor de que fue él quien mató a Luis y luego se suicidó. Pero la disposición de la escena del crimen lleva a pensar en lo contrario. Según fuentes de la investigación, “Luis, el pequeño, acabó con la vida del mayor, Enrique, y luego se suicidó”.
Hipótesis principal
Los agentes tuvieron que derribar la puerta con la ayuda de los bomberos para entrar en el interior. Había sangre en varias partes de la casa, y en medio de dos camas estaba el cadáver de Enrique. Tenía signos de violencia que, a primera vista, parecen incompatibles con el suicidio.
La policía mantiene abiertas todas las posibilidades, y será la autopsia la que acabe de confirmar la principal teoría. La víctima presentaba heridas de arma blanca en el cuello, infligidas presuntamente por el agresor. La hipótesis que manejan es que la tragedia se desencadenó tras una discusión por dinero.
Es el trágico final de una familia acechada por los trastornos mentales y un entorno desestructurado. De los seis miembros de la familia ya solo queda Inma, que en las próximas horas saldrá de la cárcel para despedir a sus hermanos. Lo hará como única superviviente de ‘Los Frailes’, la familia maldita de Canals.