Las familias de los dos jóvenes todavía intentan comprender que pudo pasar el pasado sábado por la noche o de madrugada. Habría sido entonces cuando presumiblemente habrían fallecido una chica de 18 años y un chico de 22 que eran encontrados muertos este domingo por la mañana tras haber asistido a una fiesta cerca del Coll de Ordino, en Andorra, desatando varias dudas sobre las causas de su fallecimiento.
Todo ocurrió el pasado fin de semana. Fue entonces cuando la joven estudiante de medicina de Escaldes coincidió en la fiesta con un joven de 22 años que estaba estudiando ADE en Barcelona y era hijo de un político de la parroquia de Canillo, de donde era originario. Se desconoce si los dos jóvenes se conocían previamente. En principio, era una fiesta más entre jóvenes en la que nada hacía pensar que pudiera pasar nada extraño
Pero pasaron las horas y el padre de la joven se fue preocupando al ver que su hija no volvía a casa. Es por eso que decidió presentar una denuncia por su desaparición ante la policía andorrana. Con los agentes empezó ya su investigación, pudieron comprobar que el chico de 22 años tampoco había regresado a su domicilio ni el sábado por la noche ni el domingo por la mañana.
Por ese motivo, rápidamente iniciaron un dispositivo de búsqueda en el que contaron con la colaboración de los bomberos del Principado, pues no se descartaba que hubieran podido sufrir algún accidente. Una de las primeras decisiones que tomaron fue preguntar al resto de asistentes a la fiesta, incluidos los amigos de los dos jóvenes, sobre cuando fue la última vez que los habían visto.
Los testimonios de los mismos, pero, no eran del todo claros y los agentes se encontraron con varias contradicciones. En lo que si coincidían varios de ellos era en afirmar que creían que no les podía haber pasado nada grave y se mostraban convencidos de que volverían, aunque no supieran decir hacía donde se habían dirigido.
Las pistas que hicieron preocuparse a la policía
El trabajo policial en la casa donde se produjo la fiesta también hacía sospechar que algo les había tenido que pasar a los dos jóvenes. Allí se encontraron con el bolso de mano de la chica que no se lo había llevado con ella. También seguía en el mismo sitio donde lo había aparcado el coche con el que el chico había llegado a la fiesta.
Estos hallazgos se producían el domingo por la mañana, muy poco antes de dar con el paradero de los dos jóvenes. Desgraciadamente, los encontraban sin vida dentro de una borda, el nombre que se le da en esa zona del pirineo a una edificación para guardar ganado o productos agrícolas. Los jóvenes no presentaban ningún tipo de signo de violencia y lo único que indicaba cuál podía haber sido la causa de la muerte era lo que también encontraron junto a sus cuerpos: un generador eléctrico en mal estado.
La autopsia tendrá que confirmar la causa de la muerte
Este había sido utilizado durante para tener electricidad durante la fiesta, que se llevó a cabo en una vivienda que se encontraba junto a la borda. Es por eso que la principal hipótesis con la que trabaja la policía de Andorra es que el chico y la chica se habrían escapado en algún momento y habrían entrado, por motivos todavía por aclarar, en la edificación donde estaba el generador sin saber que estaba en mal estado.
Allí, todo apunta que se habrían intoxicado tras inhalar monóxido de carbono y quedar inconscientes. Ninguno del resto de asistentes sufrió ningún tipo de intoxicación. Las autopsias tienen que acabar de confirmar las causas de la muerte, pero la policía ahora mismo descarta que fuera una muerte criminal y apunta a que fue un trágico accidente.