Conmoción generalizada al conocer la triste noticia del joven Jonathan Stevens, de 36 años, que perdió la vida intentando ayudar a dos de sus hijos, que estaban practicando paddleboard en una playa de Barmouth, de Gales en Reino Unido.
Los pequeños, mediante gritos, pidieron ayuda al ser arrastrados mar adentro y el padre, que no lo dudó ni un solo instante, se metió al agua para tratar de socorrerlos. En ese mismo momento el progenitor perdió el control, la corriente le arrastró lejos de la playa y terminó ahogándose.
El momento de lo ocurrido
El fallecido, Jonathan Stevens, organizó un día especial con su familia en el que decidieron ir a la playa a pasar el día, cuando de repente, este se convirtió en la peor de sus pesadillas.
Sus propios ojos vieron cómo comenzaba a subir la marea y que sus hijos, con motivo de ello, no podían salir del agua.
Rápidamente se lanzó al mar para rescatar a sus pequeños, que estaban en peligro ante la fuerte marea. Gracias a su intervención consiguió salvarlos, pero, por desgracia, él no pudo salir del agua y perdió la vida.
El dramático suceso se ha conocido hoy, pero el accidente en sí sucedió el pasado 2 de agosto, según informa ‘Metro’, cuando Stevens pasaba un bonito día en familia en la playa con sus siete hijos. Dos de estos estaban practicando el conocido deporte acuático del paddleboard y, cuando sus respectivas tablas se alejaron del resto del grupo, entre gritos y llantos, los niños comenzaron a pedir ayuda. Un testigo asegura que Jonathan dijo «son mis hijos, tengo que hacer algo» segundos antes de adentrarse al mar. Pocos minutos después, fue el propio padre el que se vio con problemas y empezó a pedir ayuda.
Por su parte, los dos niños fueron rescatados por dos bañistas que se situaban en el lugar de los hechos. Alexander Hill, un oficial de la guardia costera fuera de servicio que se encontraba en la playa afirma que vio al padre entrar al agua para salvar a sus hijos, pero que, rápidamente, su cuerpo se alejó de los menores.
Al ver esto, Hill llamó a emergencias y entró en el agua para terminar la maniobra y sacar a los menores. Primero consiguió llegar hasta la hija de Jonathan, a la que pudo llevar a salvo a la orilla.
El otro testigo, Marcus Hewlett, entró en el agua y consiguió rescatar al otro niño que, una vez situado en la orilla, le dijo «gracias, pero necesito que encuentres a mi padre».
Tras estas palabras, Hewlett dirigió su mirada hacia donde le señalaba el niño y pudo ver un cuerpo flotando en el mar, era el padre. Volvió al mar, llegó hasta él, pero ahora Stevens ya no reaccionaba. Stevens fue transportado en el helicóptero de emergencias al Hospital Gwynedd, en Bangor, y poco tiempo después de su llegada, fue declarado muerto.
«Murió como un héroe»
Es una realidad que su muerte ha causado una gran conmoción en las redes sociales y miles de personas han dado apoyo, por medio de números mensajes, a su familia, que está muy afectada por su pérdida: «murió como un héroe», ha declarado Laura Burford, su mujer.
Debido al fuerte impacto que ha tenido la noticia, Mel Powman, una de las mejores amigas de la víctima, ha creado una campaña de donaciones dirigida a ayudar económicamente a la familia de Stevens y ha sido todo un éxito. «todos estamos pensando en ti en este triste momento. Mucho amor» ha escrito Powman a la descripción de la página dedicada a las donaciones.