Según han informado fuentes cercanas a la familia, el pasado domingo falleció en el Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla por coronavirus José Manuel Muñoz López, a los 64 años, un traumatólogo que también había hecho la carrera militar y que se retiró con el grado de comandante.
La defunción se produjo debido a una inesperada y fulminante respuesta antiinflamatoria, conocida como «tormenta de citoquinas», que terminó con su vida en menos de doce horas tras una hospitalización que fue complicándose y que lo llevó directo a la UCI. Allí permaneció ocho días hasta su muerte.
José Manuel Muñoz había contraído el virus tras atender a una persona infectada y tras dar positivo en una prueba PCR se aisló en su casa con síntomas leves, según ha explicado una persona muy cercana a él. Tras una semana confinado, su estado de salud empeoró y tuvo que ser ingresado en el Sagrado Corazón.
Nació en Granada, pero llevaba mucho tiempo residiendo en Sevilla, donde contrajo matrimonio y tuvo dos hijas. Se formó en el Hospital Gómez Ulloa de Madrid, estuvo destinado en Ceuta y después trabajó en el Hospital Militar de la capital andaluza.
Estaba especializado en traumatología y cirugía ortopédica y mantenía una consulta abierta en Lebrija. Además, trabajó en el SAS como «traumatólogo de cupo». Tras la aprobación de la ley de incompatibilidades abandonó la sanidad pública.
José Manuel Muñoz fue uno de los objetivos de ETA
Las personas más cercanas a él han destacado que el sanitario «nunca decía no a una guardia y no le tenía miedo a nada». Una gran prueba de esto es que participó como médico voluntario en el primer contingente español de la misión internacional que puso fin a la Guerra de los Balcanes en la antigua Yugoslavia.
Además, su nombre aparecía en los papeles de la ETA tras el asesinato del médico y coronel Antonio Muñoz Cariñanos en Sevilla el 16 de octubre del año 2000. Por ser uno de los objetivos de la banda terrorista, el Ministerio del Interior le proporcionó protección durante un tiempo.