Mónica, la joven de 21 años que se ha dado a conocer tras su aparición en varios medios de comunicación para mostrar su indiferencia ante el coronavirus y para defender su derecho a salir de fiesta a pesar de la epidemia, ha conseguido encontrar una firme oposición incluso dentro de su propia familia.
Aunque su padre ha preferido mantenerse en el anonimato y no revelar su nombre, no ha dudado en censurar públicamente el comportamiento de su hija.
Mónica se niega a utilizar mascarilla, hace botellones y durante los últimos días se ha recorrido varias cadenas de televisión para hacer apología de su estilo de vida y de su negacionismo ante el virus que ha provocado una pandemia mundial.
«No tiene justificación ninguna. El primero que la he censurado he sido yo», ha manifestado ante la actitud de su hija en 'Cuatro al día'.
«Nosotros en ningún momento estuvimos de acuerdo en que Mónica saliera hablando en televisión. He intentado hablar con ella desde el primer día, pero no me coge el teléfono». La joven dejó de vivir en el domicilio familiar el pasado mes de febrero y desde entonces tan solo les visita de forma puntual.
Además, el padre también ha querido destacar que él ha intentado inculcar a Mónica y sus hermanos la necesidad de utilizar la mascarilla, guantes, geles y de mantener todas las medidas de seguridad. Un comportamiento que han adoptado todos sus hijos, excepto la joven de 21 años.
Duras críticas a la familia de Mónica
Asimismo, ha aprovechado su intervención en el programa de Cuatro para denunciar el acoso que están sufriendo a través de las redes sociales, donde están recibiendo todo tipo de amenazas y críticas. «Hay comentarios insultándonos, deseando que cogiéramos el virus, estuviéramos gravísimos y nos cerraran las puertas de urgencias».
A pesar de que «la familia no está de acuerdo con ella y siempre se ha posicionado en contra» de la posición de Mónica respecto al virus, han querido pedir perdón en su nombre y en el de su hija a «todas las personas que hayan podido sentirse ofendidas» por los comentarios y la actitud de la joven. «El primer avergonzado soy yo», ha asegurado el padre, que no está dispuesto a tirar la toalla con ella.