Un joven de 27 años ha fallecido de cáncer en Reino Unido después de que le retrasasen una resonancia magnética a causa de la crisis sanitaria actual. Los médicos pensaban que se trataba de una próstata inflamada.
Sherwin Hall, padre de dos hijos, acudió al hospital en el mes de marzo para que tratasen sus fuertes dolores en una pierna. Conforme pasó el tiempo estos empeoraron, así que este joven acudió de nuevo en abril al centro hospitalario hasta en dos ocasiones para aliviar su dolencia.
Por su parte, los médicos le recetaron varios antibióticos tras un mal diagnóstico que apuntaba a una inflamación de la próstata.
A finales de mayo, cuando llegó por fin la resonancia magnética para la que Sherwin Hall había esperado semanas, los resultados fueron desoladores. Este joven padre padecía un tumor maligno en la pelvis y tenía otros 30 pequeños tumores repartidos en sus pulmones, según informa la ‘BBC’.
«Rogué en abril y mayo para que me hiciesen una resonancia magnética, pero nadie me escuchó», explicó el hombre antes de fallecer. Los médicos que lo atendieron señalaron que «los servicios fueron más lentos a causa de la Covid-19».
Su mujer está hundida. «Perdí al amor de mi vida. Si el cáncer de Sherwin hubiese sido diagnosticado antes es probable que aún estuviese aquí hoy», señaló. La familia de Hall, que perdió la vida a comienzos de diciembre, pide encarecidamente al Gobierno que aumente los cuidados para los pacientes de esta terrible enfermedad.
Más muertes que lamentar
En España el pasado mes de julio falleció Lidia González de 22 años mientras esperaba los resultados de unas pruebas que nunca llegaron.
La joven no había sido diagnosticada y por tanto tampoco había podido recibir ningún tipo de tratamiento para aliviar su dolencia, cuyos síntomas comenzó a notar en el mes de mayo.
Esta higienista dental, natural de Mergal de Fernamental, Burgos, se mareaba, tenía náuseas y comenzó a perder visión. Ante la sospecha de que Lidia podía padecer un tumor cerebral de gran tamaño en el lado izquierdo del cerebro, el Hospital Clínico de Valladolid decidió realizarle una biopsia a la joven para poder operarla cuanto antes.
A partir de entonces comenzó el calvario para esta burgalesa residente en Palencia. Tras recibir el alta, los médicos aseguraron a Lidia y su familia que los resultados de la biopsia del tumor extraído, que debían poner nombre al cáncer y asignar el tratamiento más adecuado, tardarían solo unos días. Sin embargo, se retrasaron más de dos meses y no llegaron hasta julio, cuando el cáncer ya le había ganado la batalla.
La madre de Lidia González reprocha a Sanidad que su hija no ha muerto por Covid-19, pero ha sido una víctima colateral de esta pandemia.
«La dejaron morir sin decirles qué estaba pasando», explicaba la progenitora de esta joven al periódico ‘El diario de Castilla’ el pasado mes de octubre. Nada le va a devolver a su hija, pero quiere que se conozca «la injusticia» cometida con la ella.
Otra víctima de la crisis sanitaria fue Sonia Sainz-Marza. Después de tres meses sin una sola cita médica presencial, esta burgalesa de Espinosa de los Monteros obtuvo su diagnóstico, un cáncer de colón, pero ya era demasiado tarde para ella.
Lamentablemente no son los únicos casos que se han visto perjudicados por la pandemia del Covid-19. Son muchos los diagnósticos que han llegado tarde debido a la actual crisis sanitaria en la que se encuentra inmerso el mundo entero.
«Es imposible medir cuanta gente ha muerto durante la Covid por infarto, ictus o cáncer, es imposible saber exactamente sus secuelas. No lo sabremos nunca», valora el cardiólogo Oriol Rodríguez Leor, del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona y miembro de la Asociación de Cardiología Intervencionista de la Sociedad Española de Cardiología. Y es que por desgracia esta pandemia está afectando también a muchos enfermos que no están contagiados por Covid-19.