La mujer septuagenaria que el pasado mes de junio mató a su hija tras prenderle fuego al colchón donde dormía ha fallecido por coronavirus.
Aunque no ha salido a la luz hasta ahora, la defunción de la madre de Sandra tuvo lugar el pasado mes de noviembre. La agresora se encontraba en una residencia-hospital de un municipio costero de la región de Murcia, donde fue internada tras el asesinato de la joven.
Permanecía a la espera de que el procedimiento por la muerte de su hija siguiera adelante. La jueza encargada del caso debía llamar a declarar a algunos vecinos y testigos.
Sin embargo, tras haber fallecido el pasado mes de noviembre por coronavirus, se ha extinguido toda la responsabilidad penal.
«Nos decían que no se podía hacer nada»
La muerte de Sandra se produjo el pasado mes de junio. La septuagenaria le prendió fuego al colchón en el que estaba durmiendo su hija. El incendio provocó heridas graves en la joven de 30 años.
A pesar de que la víctima llegó viva al hospital, no pudo superar las quemaduras y finalmente falleció en la unidad de Quemados del Hospital Virgen de la Arrixaca.
Un desgarrador suceso que muchos veían venir. Los que la conocían sabían que Sandra sufría discapacidad intelectual y su madre padecía degeneración cognitiva. Pese a esto, la joven había rechazado irse a un piso tutelado porque no quería dejar sola a su progenitora.
«Sandra vivía desesperada», explicó Cristina, una vecina de las dos mujeres a 'Efe. «Al final ha pasado lo que sabíamos todos que iba a pasar y advertimos que iba a pasar».
También aseguró que la Guardia Civil, la Policía Local y el ayuntamiento de San Javier —donde residían madre e hija— estaban al tanto de la situación de Sandra y de su madre. «Nos decían que no se podía hacer nada».
Tras la muerte de Sandra, la septuagenaria fue ingresada en el hospital Los Arcos del Mar. Sin embargo, solicitó el alta voluntaria y se marchó. Poco después, la Guardia Civil consiguió localizarla y arrestarla. El Juzgado de Guardia ordenó, entonces, que la madre de la joven fuera llevada a un psiquiátrico. La tuvieron que trasladar en camilla al Santa Lucía de Cartagena.
Dos días antes habían solicitado la incapacidad de la mujer
A pesar de que los vecinos sabían que la madre de la joven de 30 tenía problemas, cuando mató a su hija no tenía diagnosticada, oficialmente, ninguna discapacidad.
El pasado 3 de junio, los Servicios Sociales de San Javier solicitaron a la Fiscalía incapacitar de forma urgente a la mujer después de que las autoridades recibieran varios avisos de los vecinos sobre la extraña situación que estaban presenciando en el domicilio de Sandra.
Sin embargo, solo dos días después de la solicitud, la mujer provocó el fatal incendio que terminó con la vida de la joven de 30 años.
Fueron los vecinos los que nuevamente alertaron a las autoridades, que se presentaron de forma inmediata en el edificio. Los agentes encontraron junto a la puerta de la vivienda a la madre y a Sandra tendida sobre el suelo de su habitación con graves quemaduras en el cuerpo y en la cara.
Pese a que consiguieron sacarla de allí, la joven había sufrido graves quemaduras en el 30% de su cuerpo y finalmente falleció en el hospital. Su progenitora también fue trasladada a un centro médico por la inhalación de humo, pero su situación era estable.
Posteriormente, la mujer confesó que había sido ella la que había prendido fuego al colchón de su hija con la intención de «despertarla». Los vecinos alertaron que la mujer ya había quemado más objetos con anterioridad e incluso el pasado mes de mayo se interpuso una denuncia contra ella.