El pasado 6 de marzo, Katie Crowder, de 26 años, quemó a su hija de 19 meses con agua hirviendo hasta dejarla morir. La niña permaneció gritando de dolor durante al menos una hora sin que su madre, consumidora de cocaína, le ayudara y falleció poco tiempo después de ingresar en el hospital.
Según ha explicado 'Daily Mail', la pequeña Grace llegó al centro médico con quemaduras severas en el 65% de su cuerpo.
Tras el desgarrador acontecimiento, la progenitora fue acusada de asesinar a la menor en su casa de Mansfield, Reino Unido, y de no auxiliarla antes de trasladarla a la casa de sus padres.
Katie Crowder le dijo a la policía que había dejado a la niña sola porque había estado «limpiando un desastre del perro» y que cuando volvió encontró a Grace boca abajo en el baño junto al cubo de la fregona.
El abogado defensor de la mujer explicó durante la celebración de la primera vista del juicio que tras descubrir a la pequeña en el agua y ver que no reaccionaba, limpió el desastre que había provocado y la llevó a casa de sus abuelos maternos gritando que la menor estaba muerta. «Entró en pánico», señaló el letrado.
Cuando la madre de Crowder le preguntó que «qué diablos había hecho», ella simplemente respondió que no lo sabía y que se había encontrado a la menor así.
Sin embargo, esta explicación fue rebatida por la fiscal, Sally Howe, quien confirmó que «Grace Crowder fue asesinada por un acto deliberado e ilegal de su madre».
La investigación que realizaron las autoridades concluyó que la pequeña había gritado «enérgicamente» durante una hora. «No fue una muerte repentina. Murió al cabo de una hora».
Además, destacó que encontraron una gran cantidad de cocaína en la sangre de Katie Crowder cuatro horas después de la muerte de la niña, lo que supuso la confirmación de que la mujer se encontraba drogada antes de que falleciera.
También dijo que la acusada había hecho algunos comentarios despectivos sobre su hija con anterioridad. «Necesito llevarla a la guardería, nunca tengo un descanso».
Apuñala a su bebé y sale corriendo
Hace tan solo unos días, el pasado 6 de noviembre, tuvo lugar un acontecimiento similar en México. Un joven de 23 años, que ha sido identificado como Guillermo 'N', fue detenido en el estado de Sonora por el asesinato de su bebé de un año.
Fue la abuela de la niña la que alertó a las autoridades y les explicó que padre e hija habían ido a su casa, ubicada en la zona urbana de Villa Juárez. Allí el hombre le pidió un vaso de agua y cuando se lo estaba sirviendo sacó un cuchillo, agredió a la pequeña y salió corriendo.
La mujer trató de impedir que la atacara, pero no consiguió evitar que la lesionara. Llamó inmediatamente a los servicios de emergencias que se encargaron de trasladar rápidamente a la niña al hospital, donde finalmente falleció por las lesiones ocasionadas.
La Fiscalía General de Justicia del estado de Sonora confirmó que el examen toxicológico que le realizaron al asesino dio positivo en marihuana.
Mata a su hija a martillazos
En octubre también ocurrió un episodio similar en Kirovgrad, Rusia. Natalia Petunina, una mujer con sobredosis de antidepresivos, mató a su hija de tres años a martillazos. Tras atacar a la menor, trató de suicidarse sin éxito.
Cuando el padre de la niña llegó a su casa se encontró a la pequeña tirada en el suelo sobre un charco de sangre y llamó rápidamente a los servicios de emergencia, que rápidamente se desplazaron hasta el domicilio.
Los sanitarios pudieron comprobar, entonces, que la menor había muerto a causa de los martillazos que le había dado su madre.
Natalia Petunina fue trasladada de urgencia al hospital y se podría enfrentar a una condena de hasta 20 años de cárcel por el presunto asesinato de su hija.