Sí, la cuarta ola es ahora tan solo una amenaza. Habladurías de quiénes teorizan con un futuro apocalíptico y no ven más allá de una pandemia que destroza al unísono la economía y las familias. Pese a ello, debemos ser conscientes que el riesgo de una nueva ola de coronavirus en España es más latente que nunca a causa de la Semana Santa. La movilidad se disparará, muchas comunidades apostarán por relajar sus medidas y las consecuencias (¿cómo no?) podrían ser durísimas.
Por eso mismo, existen 3 factores clave que nos ilustran el porqué la cuarta ola podría dejar de ser una amenaza y convertirse en algo real.
La inminente relajación de medidas
La gente necesita aire, los comercios también. Así, con un discurso que se va repitiendo semana tras semana, parece ser que muchas comunidades de España optarán finalmente por levantar el pie del acelerador y dará aire a comercios bares y restaurantes. El toque de queda se ampliará en algunas zonas y los bares y restaurantes podrían obtener el ansiado permiso para abrir por la noche en las comunidades dónde todavía lo tienen prohibido.
La movilidad se ampliará
Pero el problema no se reduce aquí. La movilidad también se ampliará en muchas zonas de España (en Catalunya se ha levantado este sábado el confinamiento local) y el turismo se disparará. De hecho, los datos hablan por si solos: en tan solo unos días, muchos hoteles han agotado sus reservas en lo que se predice cómo una clara despresurización del turismo.
Mucha gente todavía sin vacunar
Cómo es lógico y entendible, gran parte de la población española todavía no ha recibido la vacuna. Ni la de Moderna, ni la de Pzifer, ni la polémica AstraZeneca. Ante dicha disyuntiva, el virus es muy probable que se siga transmitiendo como hasta ahora con el riesgo añadido de la ampliación de movilidad.
De hecho, el antiguo ministro de Sanidad, Salvador Illa, explicó que los planes del Gobierno de Pedro Sánchez pasaban por una vacunación al 70% de la población española en verano. Cuando faltan todavía 3 meses para dicha fecha marcada, lo cierto es que el auge de la movilidad se va a convertir en un problema que puede desembocar en una cuarta ola.
Además, cabe destacar que las vacunas no son al 100% efectivas y los vacunados pueden seguir contagiando. Un problema añadido ante la inminencia de la Semana Santa.