Tendemos a pensar que vivimos en un mundo libre, cegados por la comodidad de nuestra propia zona de confort, pero la realidad es bien distinta. En nuestro mundo actual siguen habiendo muchas personas que se ven obligadas a autocensurarse, o a no vivir sus vidas de la manera que les gustaría por el miedo de sus sociedades a lo 'diferente'. Acostumbramos a pensar que esto ocurre en países del tercer mundo, pero la triste historia de hoy nos llega desde el corazón de la 'Tierra de la Libertad'; eso es, desde Estados Unidos.
Expulsan del colegio a una niña de 8 años por declararse a una compañera
Se trata de la surrealista situación que ha vivido la pequeña Chloe Shelton, una niña de tan solo 8 años de la ciudad de Owasso, en el estado norteamericano de Oklahoma. Según ha denunciado su madre, Denise Shelton, la pequeña ha sido expulsada del colegio de primaria cristiano en el que estudiaba, por confesarle a otra chica del centro que se había enamorado de ella.
Los hechos han tenido lugar hace tan solo unos días en el Rejoice Christian School. Tras enterarse los profesores que la niña se le había declarado a una compañera, los profesores del centro la obligaron a salir del recreo, y a permanecer sentada en el despacho del director durante varias horas. Según ha relatado la CNN, Chloe acabó perdiendo importante tiempo de clase, esperando que algún familiar se acercara al centro.
«Antes de que me llamaran, el subdirector le dijo a Chloe que la Biblia dice que las mujeres solo pueden tener hijos con un hombre», ha explicado Denise, indignada. Además, el director también decidió preguntarle a la madre cómo se sentía «acerca de que a las chicas les gusten las chicas». «Le dije que no veo ningún problema con eso», ha indicado la mujer.
El centro pidió a la madre que no volviera a llevar a sus hijos a día siguiente
A pesar de esta postura, la mujer tuvo que llevarse a la pequeña a su casa ese día, mientras los responsables le pedían que no la llevara tampoco a clase al día siguiente. No contentos con eso, unas horas después el director volvió a ponerse en contacto con la familia para comunicarle que ni Chloe ni su hermano de 5 años debían volver al centro, porque sus ideales no se correspondían con los suyos.
«Me cogieron por sorpresa. Estaba enfadada, herida, traicionada, triste. Muchas emociones diferentes. No podía creerlo; le pedí[al director]que tuviéramos una reunión para discutirlo y procesarlo mejor, pero se negó», asegura la madre, quien también ha relatado que la respuesta del centro fue tajante: «No era necesario discutir nada más».
Una escuela muy estricta para los «privilegiados» que allí estudian
Contactado para recoger su versión de los hechos, el director del centro, Joel Pepin, ha evitado hacer comentarios al respecto. «Debido a la privacidad y otros factores, es política de la escuela abstenerse de comentarios públicos sobre cualquier estudiante o familia en particular», ha explicado.
Sí es verdad que en el manual de conducta del Rejoice Christian School, que el centro obliga a todos sus alumnos a seguir, se recoge que «cualquier forma de inmoralidad sexual», como podría ser «profesar ser homosexual o bisexual» va en contra de sus creencias, y lleva a la expulsión. En definitiva, cualquier estudiante que no se ajuste «a los estándares e ideales del trabajo y la vida» del centro deben dejar el «privilegio» de seguir estudiando allí.
Las prohibiciones van más allá, y se prohíbe expresamente cualquier demostración pública de afecto, como darse la mano o abrazarse. Es más, las personas que se llegan a quedar embarazadas se enfrentan también a la expulsión, a no ser que decidan «confinadas en casa», para evitar, dicen, que el resto de alumnos «no se sientan atraídos por un mal ejemplo para hacer lo mismo».
Toda la semana llorando por si 'Dios no la quiere'
La madre ha reconocido que no leyó expresamente dicho manual cuando inscribió a su hija en el colegio, pero tampoco esperaba que Chloe confesara sus sentimientos a ninguna compañera. De hecho, considera que «para una niña de 8 años eso podría significar simplemente que disfruta jugando en el patio de recreo con ella», más que una declaración de sentimientos.
Sea como sea, la pequeña lo ha pasado muy mal durante una semana, sin dejar de llorar y preguntar a su madre si Dios la seguía amando. Aunque no todos son malas noticias, tras volverse viral su historia en Estados Unidos, la niña ha recibido miles de mensajes de apoyo y regalos para animarla. De hechos, Kylie Holden, una joven exalumna del mismo centro que ahora tiene 26 años y pasó por lo mismo tras conocerse su bisexualidad, se ha puesto en contacto con ella para darle ánimos.