La presión hospitalaria vuelve a poner a los sanitarios en la peor tesitura. Tras duros meses luchando contra la pandemia y enfrentándose día tras día al virus y a la triste situación de muchos enfermos y familiares, incluso enfermando muchos de ellos, la tercera ola no les da respiro.
«Cansado, desmotivados, desbordados». Tres de las palabras que más repiten los profesionales sanitarios en España. Así se sienten, y lo peor es que no divisan el final. El plan de vacunación no avanza como se esperaba y las cifras siguen preocupando y obligando a las comunidades a tomar medidas y restricciones cada vez más drásticas. En los hospitales se vuelve a vivir angustia y, en algunas zonas como Murcia, Baleares, Andalucía y la Comunidad Valenciana, la situación es aún peor que durante la primera ola de coronavirus, que mantuvo a todo el país en confinamiento domiciliario durante meses.
Preocupan la incidencia, la mortalidad y, en especial, la tasa de ocupación de camas de hospital y de camas UCI, que en algunos casos, como en la Comunidad Valenciana, ya supera el 60% del total. El colapso, una vez más, obliga a desatender otros enfermos, a cancelar intervenciones y, en algunos casos, a que los sanitarios duerman incluso en el centro hospitalario, doblando turnos.
Pánico a volver a hacer «triaje de guerra»
El agotamiento es un hecho entre el personal sanitario, que, además, de cansado, vive diariamente con miedo. «Tengo miedo a que se me mueran los pacientes», explica Javier Ortega, cirujano general en el Hospital del Tajo en Aranjuez y delegado sindical de Amyts, al 'Huffington Post'. «Ahora mismo no podemos dar asistencia a las personas que no sean covid. Y eso es muy duro», añade. Y es que el problema no es solo el coronavirus, sino todo lo que se ven obligados a posponer y dejar de lado para hacer frente a la pandemia. «Los cirujanos operamos cánceres; y si no operas esos cánceres, la gente se muere. Si retrasas un tratamiento quirúrgico oncológico, la mortalidad es bestial», añade el doctor.
«En marzo yo tenía pánico al virus. Tengo 56 años y tenía miedo a morirme, a transmitir la enfermedad a mi familia. Ahora ya lo he pasado, ya sé lo que es, ya estamos vacunados y tenemos mascarillas, pero la población no está protegida. El miedo que tengo es no poder asistir a la población ‘normal’ que tenga un tumor, una perforación o lo que sea», confiesa Ortega al medio citado. Asegura que su gran temer es tener que volver a hacer «triaje de guerra», a «decir este sí, este no». Ortega asegura haber visto morir a gente de 40 años en cuestión de una hora. «Es deprimente», asegura.
«A partir de la semana que viene»
Y lo peor es que el doctor ve venir lo peor. En marzo anuló todas las operaciones quirúrgicas para dedicarse 100% a la Covid y ahora está seguro que esto mismo va a pasar «a partir de la semana que viene». Además, asegura al medio citado que no se trata de una predicción, sino de ya una realidad en su centro: «Volvemos al escenario de marzo». Como novedad para esta vez, el doctor apunta a traslados a hospitales 'limpios' de Covid para realizar intervenciones programadas, y baraja también posibles traslados al Hospital Enfermera Isabel Zendal, el polémico centro construido a raíz de la pandemia, cosa que, en palabras textuales, le pone los pelos de punta.
De hecho, en el mismo sentido, Ortega ha criticado los «traslados forzosos» al Zendal: «El desánimo y la desmotivación son totales. No me extraña que haya críticas, que salgan fotos de baños sucios y comida de mala calidad. Si en vez de forzosos se coge a voluntarios, se les ofrece un plus, 2.000 euros al mes y puntos extra, la gente iría más contenta a trabajar».
En definitiva, su hospital está de nuevo colapsado, como muchos otros. Y aunque Fernando Simón haya asegurado que ya hemos llegado al pico de la tercera ola, no todo el mundo está de acuerdo. El mismo doctor Ortega lo pone en duda: «Ni siquiera está claro que esté bajando la velocidad de crecimiento de contagios», decía al respecto el epidemiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS), según apunta el 'Huffington Post'.
Por ahora, el mundo entero sigue luchando contra el coronavirus i los sanitarios siguen sumando crudos días a los ya meses y meses de pandemia, que les están pasando factura, también a nivel emocional. Siguen, aun así, mostrando fortaleza y haciendo su trabajo de la mejor manera posible con la esperanza de, algún día durante este 2021, poder respirar tranquilos.