11.15 de la mañana, plaza Prim de Tarragona. Un hombre armado y ataviado con una mochila deportiva entra en la oficina de Securitas Direct y abre fuego contra el personal. Tras dejar a tres personas heridas, una de ellas de gravedad, huye del lugar y emprende una fuga que terminará seis horas después.
Mientras cierran los accesos de la ciudad para dar caza al pistolero, los agentes de los Mossos d’Esquadra tratan de averiguar el origen del ataque. No tardan en identificar al autor. Se trata de Marin Eugen Sabau, un extrabajador de la empresa de seguridad, sin escrúpulos y movido por la venganza.
“Una persona peligrosa”, así es como le definieron los Mossos que coordinaron el operativo para atraparle. Poseedor de un auténtico arsenal de armas de fuego, demostró una furia incontrolable tanto en su ataque como en su huida. Cuando lo encontraron no dudó en abrir fuego, hasta que fue abatido por los agentes.
Correos amenazantes
Marin Eugen Sabau, ‘Eugin’ para los amigos, es un exvigilante privado de seguridad de 45 años y de nacionalidad rumana. El caso, que está bajo investigación judicial, apunta a una venganza como principal motivo del tiroteo. El foco de su ira era la delegación de la compañía donde había desempeñado sus labores.
En su correo han encontrado una gran cantidad de mensajes e imágenes amenazantes con un objetivo claro: sus jefes. Según ha desvelado El Caso, en uno de esos correos se puede leer “Felices fiestas, cabrones”, junto a una foto en la que aparece él con un chaleco y varias armas de fuego.
“Solo puedo pensar que nadie vio esos correos, porque tratándose de una empresa de seguridad entiendo que se habrían tomado medidas”, dice un excompañero de Eugen. Lo que no podían imaginar es que cumpliría su venganza. Lo hizo ayer por la mañana, desatando el caos en pleno centro de Tarragona.
Cumplió su venganza
Marin Eugen llevaba diez años trabajando como vigilante de seguridad en fábricas, tiendas y superficies comerciales Tarragona. Pertenecía a la compañía Securitas Direct y, según sus compañeros, tenía un “carácter complicado”. Uno que compartió turnos con él dice que “que se quejaba siempre, por todo”.
Según informa El País, Eugen había encadenado una baja de larga duración que había desatado tensiones con la empresa. Las malas relaciones desembocaron en un despido, que aumentó el rencor del exempleado hacia sus jefes. Ese es el origen de las amenazas que profirió mediante correo y que ayer cumplió.
Eugen entró en la sede de Securitas Direct en Tarragona, donde estaban el gerente, el inspector de zona y la jefa de servicio. Tras un breve discusión disparó contra los tres de forma indiscriminada. Los Mossos hablan de “una pelea” en la que el agresor iba armado y las víctimas estaban indefensas.
Los servicios médicos atendieron a los tres heridos, uno de los cuales fue ingresado con pronóstico grave. En la oficina había también una secretaria a la que Eugen decidió no disparar. Después del ataque, el agresor salió corriendo del edificio, montó en su coche y emprendió la huida.
Hirió a un agente en el brazo
La plaza Prim se encuentra en una zona comercial cerca del mercado y de la estación de tren. Algunos transeúntes fueron testigos de los disparos, aunque en un primer momento confundieron los tiros con petardos. Luego vieron a un joven saliendo con una mochila a toda prisa, y sospecharon que algo no iba bien.
Los Mossos tenían claro que el pistolero intentaba escapar lejos de Tarragona, así que cerraron las entradas y salidas de la ciudad. Tiempo después, un coche camuflado localizó al sospechoso en las cercanías de Reus. Intentaron atraparlo, pero Eugen disparó hiriendo a un agente en el brazo.
El fugitivo consiguió escapar y esconderse en una casa rural semiabandonada. Los Mossos lo ubicaron en un triángulo entre Reus, Riudoms y Maspujols. El aviso de un vecino puso a los agentes sobre la pista del sospechoso, que había sido visto en una construcción en ruinas, en medio de un sembrado.
Fue abatido
Así es como los Mossos consiguieron cercar al pistolero. Un negociador intentó mediara para que se entregara, pero bravo hasta el final, respondió con una ráfaga de tiros. La única solución fue recurrir a la unidad de élite de los Mossos, el Grupo Especial de Intervención (GEI), que lo tenían en el punto de mira.
Varios disparos consiguieron abatir al exvigilante de seguridad que horas antes había sembrado el caos en el centro de Tarragona. Eugen cayó malherido y fue trasladado en helicóptero hasta el hospital. Ahora se recupera de las heridas junto a sus tres víctimas.