La mayoría de las personas ingresadas en el hospital con COVID-19 severo deberían recuperarse sin experimentar una enfermedad mental si la infección por SARS-CoV-2 sigue un curso similar a las epidemias de coronavirus del síndrome respiratorio agudo severo (SARS) en 2002 y del síndrome respiratorio del Medio Oriente (MERS) en 2012, según la primera revisión sistemática y meta-análisis que examina las consecuencias psiquiátricas de las infecciones por coronavirus en más de 3.550 pacientes hospitalizados con SARS, MERS y COVID-19, publicado en la revista 'The Lancet Psychiatry'.
Sin embargo, los hallazgos sugieren que el delirio (un estado mental caracterizado por cambios en la conciencia, alteraciones del comportamiento y a veces alucinaciones) puede ser común en pacientes hospitalizados en las etapas agudas del SARS, MERS y la enfermedad de COVID-19.
El estudio se aplica a casos graves
El estudio examina los casos graves en los que las personas han sido tratadas en el hospital, y no se aplica a los casos más leves o a los casos asintomáticos. A largo plazo, el análisis sugiere que los supervivientes del SARS y el MERS pueden estar en riesgo de padecer enfermedades mentales como la depresión, la ansiedad, la fatiga y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) en los meses y años posteriores al alta del hospital.
Si bien no hay datos disponibles sobre estos diagnósticos en los pacientes de COVID-19, los autores dicen que la comunidad médica debería ser consciente de la posibilidad de que se produzcan altas tasas de estos problemas mentales comunes después de la actual pandemia.
Los autores advierten de que, dado que la mayoría (68/72) de los estudios incluidos en el análisis eran de calidad baja o media, y se referían principalmente a datos sobre pacientes con SRAS y MERS tratados en el hospital, los verdaderos efectos en la salud mental de la infección por COVID-19 no pueden predecirse con precisión y requerirán una investigación continua.
«La mayoría no sufrirán problemas de salud mental»
«Nuestro análisis de más de 3.550 casos de coronavirus sugiere que la mayoría de las personas no sufrirán problemas de salud mental después de una infección por coronavirus. Aunque hay pocas pruebas que sugieran que las enfermedades mentales comunes más allá del delirio a corto plazo son una característica de la infección por COVID-19, los clínicos deben vigilar la posibilidad de que surjan trastornos mentales comunes como la depresión, la ansiedad, la fatiga y el trastorno de estrés postraumático en las semanas y meses posteriores a la recuperación de una infección grave, como se ha visto con el SARS y el MERS», explica Jonathan Rogers, del University College London (Reino Unido), quien codirigió la investigación.
«Con pocos datos aún para COVID-19, se necesita una investigación de alta calidad, revisada por pares, sobre los síntomas psiquiátricos de los pacientes infectados con SARS-CoV-2, así como investigaciones para mitigar estos resultados. La vigilancia del desarrollo de los síntomas debería ser una parte rutinaria de los cuidados que proporcionamos», añade el investigador.
Consecuencias psiquiátricas de la pandemia
Hay varias razones por las que las infecciones graves por coronavirus pueden tener consecuencias psiquiátricas, entre ellas los posibles efectos directos de la infección viral (incluso en el sistema nervioso central), el grado de compromiso fisiológico (por ejemplo, el bajo nivel de oxígeno en la sangre), la respuesta inmunológica y las intervenciones médicas.
Otras razones se relacionan con el impacto social más amplio, incluido el aislamiento social, el impacto psicológico de una nueva enfermedad grave y potencialmente mortal, la preocupación por infectar a otros y el estigma.