Un nuevo estudio del núcleo interno de la Tierra que ha utilizado datos sísmicos de terremotos constantes, llamados dobletes, concluye que hay evidencias claras de que, en estos momentos, el núcleo interno de la Tierra está girando. El trabajo, realizado por investigadores de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign y publicado en la revista ‘Earth and Planetary Science Letters’, deja claro que nuestro planeta continúa evolucionando pese a la pandemia del coronavirus que está sufriendo la especie humana.
Los geólogos no entienden completamente cómo funciona el generador de campo magnético de la Tierra, pero sospechan que está estrechamente relacionado con los procesos dinámicos cerca del área límite entre el núcleo interno y el núcleo externo, según explican los investigadores. Los cambios en la ubicación de los polos magnéticos, los cambios en la intensidad de campo y los datos sísmicos anómalos han llevado a los investigadores a mirar más de cerca.
El proceso para llegar a esta conclusión
«En 1996, nuestro grupo detectó por primera vez un pequeño pero sistemático cambio de las ondas sísmicas que pasaban por el núcleo interno, lo que interpretamos como evidencia de la rotación del núcleo interno en relación con la superficie de la Tierra», afirma Xiaodong Song, profesor de geología y co-autor del estudio.
No obstante, otros estudios creen que lo que se interpreta como movimiento es, en cambio, el resultado de ondas sísmicas que se reflejan en un límite del núcleo interno que se agranda y se contrae alternativamente, como el crecimiento de montañas y el corte de cañones.
«Tener datos de la misma ubicación en diferentes momentos nos permite diferenciar entre las señales sísmicas que cambian debido a la variación localizada en el alivio de las que cambian debido al movimiento y la rotación», reivindica Yi Yang, un estudiante graduado y autor principal del estudio.
El equipo descubrió que algunas de las ondas sísmicas generadas por el terremoto penetran a través del cuerpo de hierro debajo del límite del núcleo interno y cambian con el tiempo, lo que no sucedería si el núcleo interno fuera estacionario, dijeron los investigadores.
Debate abierto
La base del debate radica en el hecho de que los estudios anteriores analizaron un grupo relativamente pequeño de datos algo ambiguos generados a partir de un método que depende en gran medida de la hora exacta del reloj, dijeron los investigadores.
«Lo que hace que nuestro análisis sea diferente es nuestro método preciso para determinar exactamente cuándo ocurren los cambios en las señales sísmicas y llegan a las diversas estaciones sísmicas en todo el mundo», afirma Yang. «Usamos una onda sísmica que no alcanzó el núcleo interno como onda de referencia en nuestros cálculos, lo que elimina mucha ambigüedad», añade.
Este análisis preciso del tiempo de llegada, una extensa colección de datos de la mejor calidad y un análisis estadístico cuidadoso realizado por Yang, son los que le dan poder a este estudio. «Este trabajo confirma que los cambios temporales provienen principalmente, si no todos, del cuerpo del núcleo interno, y la idea de que los cambios en la superficie del núcleo interno son la única fuente de los cambios de señal ahora se puede descartar", dijo.