La crisis económica del Coronavirus ha dado el último mazazo a un sistema de pensiones que hace ya tiempo viene dando señales de agotamiento. Según los expertos, el sistema público de pensiones es insostenible: el Covid-19 ha agravado el déficit anual recurrente y acumula una deuda cercana a los 100.000 millones en 2020.
Así lo establece el estudio de EAE Business School realizado por el profesor Juan Carlos Higueras, quien considera que el actual sistema tiene fecha de caducidad y no permitirá ofrecer pensiones suficientes y dignas para los jubilados que están por llegar.
El informe recuerda que en 2020 se producirá una caída importante de los ingresos por cotizaciones por el menor número de afiliaciones a la Seguridad Social y la reducción de la cuota de los más de 3,5 millones de trabajadores que se han visto afectados por expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE).
Antes del Coronavirus, se estimaba para 2020 un déficit del 1,3% del PIB en la Seguridad Social, mientras que la previsión más optimista apunta al 5% este año, y el 3,1% el año que viene. En el peor de los casos, el déficit previsto para el sistema se sitúa en el 6,1% en 2020 y el 3,9% en 2021. Para cubrir este desequilibrio, dice Higueras, la Seguridad Social tendrá que aumentar su endeudamiento hasta los 100.000 millones de euros.
Con la desaceleración económica y el fondo de reserva en mínimos, el estudio señala que a corto plazo la única alternativa realista es que el sistema siga endeudándose con el Estado hasta que se lleve a cabo su reforma integral.
Según Higueras, el impacto del Covid-19 sobre la economía no ha hecho más que empeorar el problema existente y acelerar un proceso de reforma del sistema de pensiones que Europa hace mucho tiempo que reclama.
La seguridad social se enfrenta también al problema del envejecimiento de la población, un fenómeno que se acentuará los próximos años y que llegará a su máximo en 2051, según las previsiones. Entonces habrá 2,27 mayores de 64 años por cada joven menor de 16. Ahora hay 3 personas en edad de jubilación por cada 10 personas en edad de trabajar.
Fomentar el ahorro
Uno de los principales problemas es el abandono temprano del mercado laboral para ingresar en el sistema de pensiones. Mientras que en 2019 la pensión media de las nuevas altas con 65 años era de 1.184,95 euros, la de aquellos que se jubilaron con 59 años fue de 2.332,57 euros, casi el doble.
Según Higueras, hay grupos de trabajadores que tienen cuantías más elevadas en su pensión de jubilación y deciden formar parte del sistema antes. El problema no está en el importe de la pensión sino en el hecho de que a edades tempranas dejan de contribuir al sistema, advierte, y propone revisar las condiciones de acceso a la edad de jubilación.
El estudio también avisa de la escasa cultura de ahorro previsional y de la necesidad de fomentarlo, ya que los planes de pensiones en España no son un producto atractivo salvo por los incentivos fiscales. La tasa media de ahorro de los españoles en planes y fondos de pensiones es del 9,35% del PIB, frente a la media de los países de la OCDE, superior al 35%.
Uno de los principales retos a los que tiene que hacer frente el sector es educar y concienciar a los ciudadanos, concluye Higueras. Primero para que ahorren desde jóvenes para su jubilación futura, y segundo para que lo hagan de forma periódica, ya que la mayoría de las aportaciones se realizan en los últimos días del año como consecuencia del beneficio fiscal que reportan.