Esther López pudo morir de frío. La Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que fue arrojada a la cuneta tras ser atropellada la noche de su desaparición. El 12 de enero se le perdió la pista y no fue hasta 24 días después cuando fue localizado sin vida su cuerpo.
Los investigadores sospechan que pudo fallecer allí mismo. Pero no sería a consecuencia de las heridas provocadas por un vehículo. Después de recibir el golpe, sin apenas capacidad para moverse, estaría en el arcén de la carretera varias horas sin que nadie le prestara socorro.
Todo apunta a que Esther pereció a causa de las bajas temperaturas, congelada. No hay que olvidar que esa madrugada los termómetros llegaron a marcar hasta 8 grados bajo cero en Traspinedo (Valladolid). Esta es la principal línea de investigación con la que están trabajando en el Instituto Armado, desvelan los medios de Prensa Ibérica.
Es posible que un todoterreno de color azul la arrollara por detrás. Se trataba de un tramo de curva con muy mala visibilidad. A ello se le une la oscuridad de la noche.
El vehículo la golpeó de forma violenta en un lateral, ya que presentaba "lesiones en la cadera y el bazo". En cualquier caso, en todo este tiempo no han podido hallar huellas de frenada o restos de dicho coche en la carretera.
El cadáver de la chica de 35 años apareció boca abajo, con los brazos y piernas pegados al cuerpo. También estaban con ella todas sus pertenencias y el abrigo. La posición que tenía en la cuneta no era "la clásica de un atropello", apuntan los investigadores.
El conductor que hirió a Esther López en un primer momento "la sacó" de la vía, colocándola en el arcén como pudo. Junto a ella arrojaría sus objetos personales. Otro detalle que se desconoce es si se trató de un accidente casual o intencionado.
En un primer momento, la Guardia Civil había trabajado con la idea de que el cuerpo fuera trasladado por alguien hasta allí. Pero cada vez cobra menos fuerza esa teoría. Pese a las batidas que se realizaron por allí por parte de los vecinos, creen que su presencia pudo pasar desapercibida para los buscadores.
Recuerdan que es algo muy habitual en las labores de rastreo. Ya había ocurrido lo mismo con la desaparición de la onubense Laura Luelmo. "Los voluntarios pisaron y dejaron sus huellas a tres metros de distancia de donde estaba el cuerpo y no la vieron", apuntan.
Algunos periodistas especializados en sucesos, como Luis Rendueles, insisten en esta hipótesis. "Fue abandonada viva en la cuneta", contó en El programa de AR.
El cuerpo de Esther López fue movido tras el atropello
La investigación sostiene que un vehículo golpeó a Esther López y que en vez de auxiliarla, la apartarían de la carretera. "La Guardia Civil piensa que la persona que iba en ese todoterreno salió del coche y la colocó en la cuenta. Luego lanzaron fuera de la carretera su teléfono móvil y su mochila", explica el comunicador
Dijo que en la cara de la joven había varias señales que demostraban que había impactado contra la carretera. "El cuerpo tenía hasta una mejilla contra el suelo. No es una posición típica de un atropello, en un atropello queda todo desordenado", añadió.
También se hicieron eco de la mochila, que estaba "al otro lado del cuerpo, no en su espalda". Por su parte, el teléfono móvil quedó al lado de ella.
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Esther López pudo salvar la vida si alguien la hubiera atendido durante aquellas primeras horas. Presentaba heridas de gravedad y una rápida intervención hubiera sido clave. Tampoco ayudaron las bajas temperaturas de aquella noche.