Una situación absolutamente anómala ha tenido lugar durante los últimos meses en España. Hasta tres montañeros se han perdido en el Pirineo cuando salían a realizar una ruta.
Tal y como han compartido desde el periódico 'Heraldo' de Aragón, Esther Dingley, una mujer inglesa de 37 años, se perdió el pasado mes de noviembre en el pico Salvaguardia de Benasque; Andrés Funes, un vecino de Huesca de 61 años, desapareció poco antes de Navidad en el valle francés de Aspe; y desde el pasado 23 de marzo, cuando salió de Zaragoza con destino a las montañas de Sant de Gállego no hay ningún rastro de Miguel Villaroya, un hombre de 68 años.
Tres desaparecidos en 4 meses
Pese a que no se sabe nada de ella desde el 22 de noviemrbe, Esther Dingley fue reportada como desaparecida el 25, el día en el que debía haber regresado de su ruta por el Pirineo.
Se inició, entonces, un dispositivo de búsqueda para intentar dar con ella. Sin embargo, se tuvo que interrumpir y posponer debido a mal temporal.
La familia de Andrés Funes denunció su desaparición el 21 de diciembre, pocos días antes de la llegada de la Navidad.
Las autoridades encontraron su coche, su teléfono personal y su móvil de trabajo, pero ni rastro de él. Desde entonces se le ha seguido buscando sin éxito cuando el tiempo lo ha permitido.
El pasado 29 de marzo se activó la alerta de desaparición de Miguel Villarroya. Su búsqueda sigue activa, pero por el momento no han encontrado nada que pueda llevarles hasta él.
«No tenemos ninguna pista de a dónde ha podido ir», ha lamentado el teniente Santiago Gómez. «El único dato para la búsqueda ha sido la aparición del coche en el párquing de La Sarra. Hay un tique de la compra de unos crampones y eso puede indicar que tenía previsto pisar nieve, pero tampoco es una certeza».
Advertencia tras las desapariciones
Las desapariciones de estas personas en tan poco tiempo por la misma zona podrían estar relacionadas con la pandemia, ya que debido a las restricciones hay más ciudadanos que están dispuestos a salir solos al monte para cumplir con las normas.
Sin embargo, esto también supone que no cuenten con ningún tipo de ayuda en el caso de que sufran un accidente.
«Hay pocas personas en la montaña por las restricciones de movilidad. Nadie ha visto a los desaparecidos y si han tenido un problema, no han podido pedir auxilio», ha señalado Santiago Gómez, teniente de la Guardia Civil y jefe del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (Greim) de Aragón y Navarra.
«Nunca hay que salir solo», ha alertado. «Lo más adecuado es ir en grupos de tres: si a uno le sucede algo, otro se queda con el herido y el tercero va a pedir ayuda. Y en todo caso, hay que dejar dicho dónde se va».
Los tres desaparecidos no solo decidieron salir solos hacer una ruta por los pirineos, sino que, además, ninguno de ellos precisó su itinerario.
«Algunos no se quieren juntar, no tanto al aire libre, sino en los desplazamientos y se están animando a salir solos. No recomendamos hacer actividades en solitario, pero somos conscientes de que esos montañeros existen», ha explicado Marta Ferrer, coordinadora de la campaña Montaña Segura.
«Periódicamente nos los encontramos en las noticias por incidentes. Resultan más vulnerables en caso de un accidente», ha asegurado.
Manolo Bara, el presidente del club de montaña Peña Guara de Huesca también ha recalcado las palabras de Santiago Gómez y Marta Ferrer sobre la dificultad de encontrar a un montañero que ha salido solo a hacer la ruta.
«Te puede caer una piedra, dar un mareo... y acabas en una rimaya o un barranco donde nadie te ve. Si no has definido la ruta, no te encontrarán», ha destacado. «A lo mejor pasan por delante y no te ven. A veces tardan años en encontrarlos. Y con menos gente ahora, aunque pidas auxilio, hay menos posibilidades de que te socorran».