Pedro Sánchez en el estrado del Congreso de los Diputados, el 24/02/2021

España aprueba una nueva medida contra el Covid-19 a las puertas de Semana Santa

La llegada de turistas extranjeros ha provocado mucha polémica en las últimas semanas

La llegada de cientos de turistas franceses durante las últimas semanas, especialmente con destino a Madrid, ha puesto en pie de guerra a gran parte de la sociedad española, que no entiende por qué está prohibido moverse entre comunidades autónomas y en cambio se permite que lleguen desde otros países.

Una de las razones que esgrime el Ejecutivo central para impedir la movilidad interna y no hacerlo con la exterior es que a los turistas que llegan por avión se les exige una prueba PCR negativa antes de entrar al país, mientras que es inviable hacer lo mismo con los turistas que pudieran moverse por carretera.

Pero tras estas explicaciones salieron a la luz varios reportajes en los que se veía a turistas franceses entrar a España por carretera, a través de las fronteras del País Vasco y de Cataluña, sin que tampoco se les pidiera PCR ni hubiera vigilancia para detectarlo.

Así, el problema de la llegada de gente de otros países sin vigilancia se extendía también a las fronteras terrestres, y eso es lo que el Gobierno quiere atajar. Desde este sábado, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publica una nueva orden por la que se exige a todas las personas que entren al país a través de sus fronteras terrestres una prueba PCR negativa realizada en las 72 horas anteriores a su llegada a España.

La orden ya existía para los franceses que llegasen a España a través de un avión o de un barco, pero ahora también será obligatorio para entrar por tierra y se montarán controles en las fronteras, esencialmente en la de Irún (Guipúzcoa) y en La Jonquera (Gerona).

Con esta normativa, todas las personas mayores de seis años que lleguen a España procedentes de zonas de riesgo de Francia deberán presentar la prueba, con la posibilidad de que se les deniegue el acceso a nuestro país si no la tuvieran. 

Como suele ser habitual en este tipo de medidas, hay varias excepciones que permitirán la entrada en el país sin prueba PCR: En primer lugar, los profesionales del transporte podrán pasar por la frontera en el ejercicio de su actividad profesional, así como los trabajadores transfronterizos y los residentes en zonas fronterizas, en un radio de hasta 30 km de radio desde la frontera. 

Esta normativa entrará en vigor dentro de tres días y se mantendrá activa hasta que finalice el Estado de Alarma, que en un principio será el próximo mes de mayo, si el Gobierno no opta por intentar prorrogarlo en el Congreso de los Diputados. 

Turismo extranjero sí; desplazamientos nacionales no

El Gobierno ha sido diana de la mayoría de críticas de las últimas semanas por permitir la llegada del turismo extranjero e impedir los desplazamientos nacionales. Muchos ciudadanos —y algunos políticos, incluida la UE— denuncian la falta de coherencia al permitir que lleguen turistas franceses a Madrid y que en cambio un vecino de Segovia no pueda visitar la capital o viceversa.

Las autoridades se han escudado argumentando que los turistas extranjeros deben aportar una PCR negativa antes de entrar, mientras que es extremadamente difícil poder exigir lo mismo a los españoles que se muevan por carretera. 

Desde Europa también han pedido coherencia y han argumentado que el virus es el mismo en todos los países europeos, por lo que no tiene sentido limitar unos desplazamientos y no otros.

Pero lo cierto es que el Gobierno de Sánchez está aplicando la misma política sobre el turismo internacional que el resto de socios europeos. De la misma manera que los franceses pueden venir a España, los españoles pueden viajar a Francia o Alemania, pero están obligados a cumplir las restricciones de su lugar de destino.

La diferencia, entonces, radica precisamente en las restricciones. La falta de restricciones —o más bien la existencia de restricciones muy laxas— en Madrid está creando una especie de efecto llamada que hace que los turistas de otros países decidan venir a la capital española en busca de tranquilidad y relajación.

Los críticos con el Gobierno le exigen que cierre los aeropuertos españoles para evitar la llegada de turistas, pero lo cierto es que todos los aeropuertos españoles están abiertos, y solamente es noticia el de Barajas porque es el que, actualmente, más turistas trae a España. 

Los extranjeros han dejado de lado sus destinos habituales, como Barcelona, Baleares, Canarias o las costas valencianas y andaluzas, porque en estas regiones hay más restricciones.

Por hacer una comparación, en Madrid el toque de queda empieza a las 23:00 horas y los bares tienen hasta esa hora para abrir sus puertas, mientras que en Barcelona la hostelería está obligada a cerrar a las 17:00 horas y el toque de queda se impone a las 22:00 horas. Ante esta situación, los turistas prefieren ir a Madrid.