El plan de vacunación decretado por el Ministerio de Sanidad afronta prácticamente su segundo mes en territorio español. Durante este periodo se ha vacunado a los estratos establecidos por esta delegación del gobierno según su prioridad. Uno de los que debería estar recogido pero no se ha visto arropado por la ley es el de las «cuidadoras no profesionales de familiares con altos grados de dependencia».
Este colectivo lleva meses reclamando al Ejecutivo central que les recoja en este proceso, sobre todo para la peligrosidad que ocupan sobre otro grupo de riesgo. Por el momento desde el gobierno no ha habido respuesta.
De hecho dentro, dentro del plan de prevención si se contemplan dosis para los cuidadores «estrechos» de personas de riesgo que son trabajadores profesionales. Aquellos que quedan fuera de esta legislación son los que brindan asistencia regular y continua sin remuneración a cambio.
Son varias las organizaciones de carácter social que denuncian la situación y han creado una petición en Change.org para mostrar su posición. Desde la Asociación de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales se reclamó la situación de 313.000 grandes dependientes que no se encontraban en geriátricos y no habían sido incluidas en la lista de vacunación.
Los invisibles a ojos del estado
Jose Manuel Ramírez Navarro, presidente de la entidad, muestra su descontento porque la labor acaba recayendo en unos profesionales sanitarios que de por sí sufren una alta carga laboral. Además, reclama que no se incluyen más de medio millón de personas dependientes severas, cuya predisposición a sufrir un episodio grave del virus es manifiesta.
Según cálculos de esta organización, hay 450.517 personas con prestación económica para cuidados del entorno familiar, de las cuales alrededor de 133.679 tienen al grado III de dependencia. «Estas personas dependen de la persona cuidadora no profesional que las atiende, que puede ser una o varias. Por lo tanto, hay 133.679 personas cuidadoras no profesionales que deberían ser vacunadas por estar cuidando a las personas grandes dependientes en el grupo 4» comunica el director, que a la vez asegura que de esa cuantía, el 75% son mujeres.
"Casi todas son mujeres y se dedican 24 horas al día a un familiar dependiente de Grado III. En este nivel se incluyen personas que necesitan ayuda para realizar las actividades vitales. Algunas, incluso, no pueden respirar por sí mismas y necesitan ventilación mecánica", comenta Ramírez.
¿Qué perfil tienen los cuidadores no cualificados?
En su mayoría, según un estudio de Merck, sobre aquellas personas que ayudan en la dependencia, pero no son personal profesional, se apunta que el 82% compagina su empleo con el cuidado de los 2,3 millones de personas dependientes.
Uno de los datos más llamativos es que de media invierten 27 horas semanales en la atención de suegros, abuelos, pareja, hijos o hermanos. La mayoría de condiciones que padecen son la edad avanzada, discapacidades físicas o neurológicas y enfermedades crónicas.
En este documento se contó con la respuesta de más de 500 personas que pertenecen al colectivo en España, y cuyas conclusiones se destaca que sus jornadas llegan hasta las 12 horas diaria. De media el cuidado se prolonga por un periodo medio de 7,5 años.
Algunas de las consecuencias para la población que realiza este acto es el reporte de cansancio crónico, problemas psicológicos o depresión por la carga emocional. Algunos de ellos también echan en falta recursos financieros.
Este colectivo se ha visto aún más afectado por la pandemia, que si bien ve con dificultad el mero hecho de desplazarse al domicilio del afectado, existe la posibilidad de contagiar a una persona cercana que sufre un alto riesgo de sufrir un episodio de gravedad del virus.