Desgraciadamente este fin de semana se confirmaban los peores presagios para la familia del joven Ignacio Fernández Noguera. Este sábado se anunciaba el hallazgo del cuerpo sin vida de este chico de 23 años que llevaba un mes desaparecido. Había sido el pasado 24 de agosto cuando se le había visto por última vez en la localidad granadina de Alhedín en la que residía.
El triste desenlace de esta desaparición se producía sobre las once y media de la mañana del sábado. Fue entonces cuando se habría localizado su cadáver en el interior de un coche rojo. Se trataba de su FIAT 595 Abarth con matrícula 3197 KPR en el que se cree que se marchó por su propia voluntad.
Se desconoce si fue un vecino o fueron los propios agentes de la Guardia Civil que lo buscaban los que hicieron el hallazgo. El coche rojo fue localizado en la carretera de la Malahá a Chimeneas, también en Granada, en una zona conocida como Cortijo Lájar. Al acercarse al coche que parecía abandonado sería cuando habrían encontrado el cadáver de Ignacio en su interior.
Todavía no están claros los motivos de su muerte
Nada más producirse el hallazgo, los agentes del Instituto Armado habrían informado a la familia del fallecimiento del joven. Estos todavía mantenían la esperanza de poder encontrarlo con vida Seguidamente, acordonaron la zona para llevar a cabo una búsqueda de pruebas para determinar lo que hubiera podido pasar.
Los agentes confirmaban que el joven llevaría varias semanas sin vida, debido al avanzado estado de descomposición del cuerpo. A priori, los primeros análisis visuales confirman que no se ha hallado ningún rastro de violencia.
Ahora mismo, se está a la espera de que se le acabe de realizar la autopsia. Esta será la que determine con exactitud el día de la muerte y la causa de la misma. Todas las hipótesis están abiertas, pero todo hace pensar que se podría tratar de un suicidio.
Su familia ya se temía que le debía haber pasado algo
Como decíamos, para la familia ha sido como si les hubieran echado una auténtica jarra de agua fría. Y es que aunque es cierto que hacía un mes de su desaparición, todavía mantenían las esperanzas intactas de volver a verlo con vida. Aunque también existía el temor de que le hubiera podido pasar algo.
Esta idea ya corría por la cabeza de su madre a los pocos días de su desaparición. "Le ha tenido que pasar algo, solo quiero que si alguien lo ha visto me lo comunique", comentaba los días posteriores en El Cierre Digital.
“El cuerpo no puede más, estamos destrozados”, decía entonces Raquel mostrando su desesperación por no saber nada de Ignacio. Y es que relataba como todo su entorno estaba volcado para tratar de dar con su paradero. “Sus amigos siguen buscándolo, nosotros nos uniremos a ellos en cuanto podamos”, afirmaba.
Explicábamos que su familia sabía que ese 24 de agosto abandono la casa familiar montado en su Fiat Rojo. Lo que les dijo era que iba a ver a unos amigos de toda la vida. La última vez que se le habría con seguridad sería repostando gasolina al coche en una estación de servicio en Padul, localidad contigua a la suya, a las 21 horas.
Un amigo suyo dijo haberlo haberle saludado desde lejos en la puerta de la discoteca Mae West a la una y media de la madrugada de ese sábado. No se pudo confirmar estos hechos por la mala calidad de las grabaciones de las cámaras de seguridad del local. Su móvil perdió la conexión a las 5 de la madrugada.