Los servicios de emergencia podrían haber encontrado al joven de 29 años desaparecido el pasado viernes en Tarragona. El joven se estaba bañando en el pantano de Siurana la última vez que se le vio, según varios testigos.
Desde ese día, los Bomberos de la Generalitat y los Mossos d'Esquadra no habían parado de buscarlo. Este lunes, 12 de julio, se ha hallado un cadáver en la zona, aunque de momento no hay confirmación oficial de que sea el mismo joven.
Fue el viernes cuando se recibió el aviso sobre la desaparición del joven. La víctima se lanzó al pantano mientras jugaba con su perro, y luego no se le volvió a ver. Tras la llamada al 112 se activaron varias dotaciones terrestres de los Bomberos, equipos de submarinistas y también un helicóptero.
Después de varias horas de búsqueda, las labores pararon debido a la entrada de la noche y la falta de visibilidad. El sábado se retomaron con varias inmersiones de los buzos en zonas cercanas a donde los testigos le habían visto.
El joven entró a por una pelota y no pudo salir
Según explicaron, el joven entró al agua para buscar la pelota de su perro y ya no pudo volver a salir.
El domingo se retomaron las tareas de búsqueda con nuevos profesionales en el dispositivo. Participaron la Unidad Subacuática de los Bomberos y efectivos de Seguridad Ciudadana. También se movilizó a la zona a agentes de la Unidad Regional de Medio Ambiente de los Mossos d'Esquadra.
Se unió también un perro de rastreo, que centró sus labores en una pequeña isla que hay dentro del pantano. El día acabó sin nuevas pistas sobre qué pudo pasarle al joven, por lo que se volvió a suspender la búsqueda.
Este lunes se ha retomado con varias dotaciones de Bomberos, aunque sin éxito. A primera hora de la tarde, los submarinistas han podido localizar un cuerpo sin vida dentro del agua. De momento, las autoridades no han hecho ninguna confirmación oficial sobre su identidad.
Los riesgos de bañarse en un embalse
En las últimas semanas se han conocido varios accidentes en los que algunas personas han perdido la vida mientras se bañaban. A diferencia de las playas, donde suele haber servicios de socorrismo, los enclaves como embalses o lagos no cuentan con tanta vigilancia.
La mayoría de la población tiende a pensar que bañarse en sitios con agua estancada es más seguro. La falta de olas y de corrientes del mar invita a pensar que se está más seguro, pero los expertos han alertado de otros peligros.
Uno de los más desconocidos por el público es que en lagos y embalses también hay corrientes de agua. Y algunas veces pueden tener mucha fuerza, por lo que una persona podría quedar hundida bajo el agua, especialmente si no nada bien. Este aspecto hay que tenerlo en cuenta sobre todo con los niños, los más propensos a ser succionados por las corrientes.
La flora y la fauna también son detalles a tener en cuenta. No solo hay que ser cuidadoso con ellas, sino que en algunas ocasiones pueden provocar más de un susto. El más común puede ser el musgo que hay sobre rocas y piedras en el lecho acuático.
En muchas ocasiones, sobre todo cuando están en aguas superficiales, pueden provocar caídas y fuertes golpes. Especialmente peligrosas son cuando están en cascadas o saltos de agua.
La profundidad del agua es otro aspecto vital a la hora de bañarse en un pantano, un embalse o un lago. En muchas ocasiones no somos conscientes de la verdadera profundidad que tienen, llegando hasta varias decenas de metros por debajo del agua.
En primer lugar, un cambio repentino de profundidad puede provocar que alguien que no sepa nadar bien se hunda. De nuevo, los niños son los más perjudicados por esto. Pero las corrientes también tienden a generarse más en espacios con gran profundidad por la diferencia de temperaturas del agua.
El tiempo es otro elemento que poca gente tiene en cuenta y que puede provocar más de un susto. Está claro que bañarse en un lago o embalse en mitad de la tormenta no es una gran idea. Sobre todo si hay vegetación cercana que pueda atraer los rayos.
Pero un día de viento puede ser tan peligroso como una tormenta, especialmente en terrenos más escarpados. De nuevo, saltos de agua o ríos con poca profundidad, pero con muchas piedras, son peligrosos ante un golpe de aire.
Buscar zonas bien señalizadas
Todos estos aspectos son analizados por los ayuntamientos y la Administración local y regional. Por eso, las zonas de baño deben estar debidamente señalizadas, tanto si son adecuadas como si son peligrosas.
Si la zona de baño en la que vamos a meternos no está señalizada, lo oportuno es no bañarse y buscar otro punto. En muchas ocasiones, pantanos y lagos también cuentan con zona de baño especial, con servicio de vigilancia y socorristas.