Un virus letal mantiene en alerta a los científicos cuando todavía nos encontramos en plena pandemia del COVID-19. Se trata del virus Nipah, que hace tan solo unos días se llevó la vida de un niño de 12 años.
El menor ingresó con fiebre alta y presentaba una encefalitis (inflamación del cerebro). El hecho tuvo lugar en el distrito Kozhikode de Kerala, en la India, siendo el tercer brote detectado desde el 2018.
La preocupación de los expertos se fundamenta en la alta mortalidad que provoca. Hace tres años, de los 19 casos que se registraron solo sobrevivieron 2 personas. No se trata de un virus desconocido para los científicos, la primera epidemia tuvo lugar en Singapur y Malasia entre los años 1998 y 1999.
El virus Nipah se ha vuelto más mortífero
Los epidemiólogos siguen muy de cerca la evolución del virus Nipah desde que comenzaron a registrarse los primeros contagios. De esta manera han observado un cambio considerable en el porcentaje de mortalidad.
Así pues, el índice de casos mortales ha variado del 33% al 75%. Un aumento que ha hecho saltar las alarmas y que certifica que se trata de un virus muy peligroso. Además, entre las personas que logran superar la infección, el 25% acaba teniendo deficiencias neurológicas residuales.
¿Cómo se contagia el virus?
El virus Nipah está catalogado como un virus zoonótico. Es decir, se transmite a través de los animales. Concretamente por las secreciones del conocido como zorro volador, una especie de murciélago frugívoro del género Pteropus.
El patógeno viaja en los excrementos y saliva, y la forma más habitual de que entre en los humanos es comiendo fruta contaminada. También los animales domésticos, especialmente el cerdo, pueden llegar a transmitir el virus mediante el contacto con las membranas mucosas.
Una vez el virus ha entrado en nuestro organismo, este puede viajar de persona a persona. A diferencia del COVID-19, el Nipah no se contagia por aerosoles, sino por intercambio de fluidos.
Así ha llegado hasta las personas
No fue hasta el 2001 cuando se reconoció su existencia en Bangladesh. A partir de esa fecha, se produjeron varios brotes epidémicos que siguen preocupando a la población.
La fuente de infección de estos brotes podría encontrarse en el jugo fresco de palmera datilera, muy famoso en los países asiáticos. La manera de recolectar este manjar natural es mediante unos cuencos sujetos al tronco para recoger el jugo que va soltando la palmera.
Los murciélagos también son aficionados a él llegando a lamer directamente el jugo que emana del árbol y defecando y orinando cerca de los cuencos. En cuanto amanece, los comerciantes recogen los cubos y, sin pasteurizar, los venden en los mercados provocando contagios masivos.
Empieza como una gripe
El virus Nipah se manifiesta en el organismo con síntomas compatibles con una gripe como el dolor de cabeza, fiebre alta y mialgia (dolores musculares).
En algunos casos se pueden presentar encefalitis, somnolencia, desorientación y convulsiones, llegando a caer en coma. En la mayoría de los casos se registran signos neurológicos agudos, mientras que otros pacientes pueden ser asintomáticos o leves.
En la actualidad, los brotes contabilizados comienzan a suponer una gran amenaza. De hecho, el virus Nipah ha sido catalogado en el Grupo de Riesgo 4/ BSL4, el más alto que existe. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud lo ha incluido en el plan de investigación de virus sin tratamiento ni vacuna.
Dado que no existe tratamiento ni fórmula para contenerlo, la OMS considera que el patógeno podría crear una emergencia sanitaria mundial. De ahí que lo estén siguiendo muy de cerca para intentar encontrar la manera de poder frenarlo.
Se investiga una vacuna
La alarma que ha suscitado este nuevo brote registrado en el estado de Kerala, ha provocado la búsqueda veloz de herramientas contra el virus. Han sido varios años de investigación que parecen haber dado buenos resultados.
Christopher C. Broder, profesor de inmunología y microbiología de Estados Unidos es el creador de un fármaco contra el virus Nipah. Los primeros ensayos clínicos en humanos han demostrado que es capaz de neutralizarlo, lo que supone un gran avance.
De la misma manera, una vacuna con vector ChAdOx1 (misma composición con la que cuenta Astrazeneca), también ha sido positiva. Los monos con los que experimentaron, presentaron una fuerte respuesta humoral y celular frente al virus, solo 14 días después de ser vacunados.
Una serie de investigaciones que se acercan cada día a la meta de hallar algo que ayude a luchar contra el virus Nipah.