La pandemia sigue dejando pequeños milagros. Y es que aunque el coronavirus se ha cobrado muchísimas vidas a largo de todo estos meses, sigue habiendo quien consigue superar la enfermedad, pese haberla sufrido gravemente, tras meses de lucha.
Un buen ejemplo es lo que ha vivido durante más de diez meses Elsa, una paciente del hospital madrileño Gregorio Marañón que ha podido recibir ya el alta. Y es que esta asturiana de 52 años ingresó en el centro hospitalario en lo peor de la primera ola, el pasado 7 de abril y después de vivir una situación muy delicada y gracias a los cuidados de todo el equipo que la despedía entre aplausos y lágrimas.
Poco esperaba ella que de contagiarse, acabaría pasando 315 días sin poder salir del hospital, siendo la segunda persona en España que más tiempo ha estado hospitalizada a causa de la covid-19 y «la paciente que más tiempo ha estado ingresada en el Gregorio Marañón por covid-19 y las secuelas derivadas de esta enfermedad», según explicaban desde el propio centro.
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Como decíamos, todo empezó en el pasado mes de abril, fue entonces cuando se contagió aunque ella en un principio no esperaba que fuera a ser tan grave. «Estábamos preparando un viaje de fin de semana y lo tuvimos que anular porque caí. Pensé, bueno, a ver si hacemos algo en Semana Santa», explicaba a la salida del hospital. Pero la realidad que viviría durante los meses siguientes sería muy diferente.
Meses y meses cuidada por decenas de sanitarios
Después de ingresar durante los primeros días de abril en el Gregorio Marañón, su situación fue empeorando paulatinamente. A los 15 días, ya tuvo que ser trasladado a la unidad de cuidados intensivos. Una UCI que no abandonaría en muchos meses.
Y es que Elsa ya presentaba una patología previa que dificultaba mucho su lucha contra el virus. Estaba diagnosticada de un linfoma no Hodgkin, un cáncer que ataca al sistema inmunitario y que se puede extender a otros órganos.
Pero no solo eso, es que su caso fue de extrema gravedad por las múltiples complicaciones que fue sufriendo mientras estuvo en la UCI. Llego a padecer un infarto cerebral y diversas infecciones. Todas estas complicaciones la obligaron a permanecer bajo los cuidados máximos hasta el mes de setiembre. La mayor parte de este tiempo lo paso sedada y con ventilación asistida.
Ella misma explicaba que no supo lo que paso durante todo este tiempo. «En septiembre me di cuenta de que había pasado la Semana Santa y el verano, de que había terminado el curso de mi hija», narraba lo que para ella fue un auténtico «milagro» y que seguramente no se hubiera producido sin el trabajo incansable del equipo del hospital madrileño.
Han sido más de 300 sanitarios los que han estado directamente implicados en sus cuidados, según el Gregorio Marañón. Desde profesionales de enfermería pasando por celadores, técnicos en cuidados auxiliares de enfermería, fisioterapeutas además médicos de los servicios de Medicina Interna, UCI, Enfermedades Infecciosas, Neumología, Rehabilitación, Psiquiatría, Endocrinología y Nutrición o Neurología y Hematología.
Podrá pasar su cumpleaños en casa
Y aunque Elsa admite que salir del hospital será una sensación extraña: «Me daba miedo estar sin los enfermeros, porque aquí están pendientes de mí y en casa no los voy a tener» explicaba. La verdad es que su alta no ha podido llegar en mejor momento. Tras más de 10 meses, vuelve a casa a tiempo para poder soplar las velas de su 53 cumpleaños, hecho que querían recordarle aquellos que la han atendido durante meses, que la despedían entre algunas lágrimas pero también entonando el 'cumpleaños feliz.