Rusia sigue cometiendo cada día más crímenes de guerra en Ucrania. Tras la reciente matanza en Bucha, Vladímir Putin se ha marcado como objetivo perseguir a los alcaldes de las ciudades ucranianas más importantes.
Recientemente, se ha hallado en Motyzhyn, una aldea al oeste de Kiev, el cuerpo semienterrado y decapitado de la alcaldesa, Olga Sukhenko, de 50 años. Su marido, Ilhor Sukhenko, y su hijo, Oleksandr, de 25 años también han sido asesinados, además de otros dos hombres.
Según la policía, los cadáveres se encontraban maniatados y presentaban signos de haber sido ejecutados y torturados. Y aunque el ejército ruso trató de ocultar su rastro escondiendo sus cuerpos bajo tierra, los vecinos fueron testigos de los hechos: "Los cogieron a los tres, los torturaron y los asesinaron".
Las tropas rusas secuestraron a la familia el pasado 24 de marzo por su negativa a colaborar con Rusia. Y es que el portavoz de Interior, Anton Herashchenko, ha explicado que sospechaban que colaboraba con el ejército ucraniano.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, asegura que no es un caso aislado y que "puede que haya muchos más". Denuncia que el Kremlin sigue reteniendo al menos once regidores ucranianos y unos 29 cargos públicos. Además, en su discurso en el Consejo de Seguridad de la ONU ha llegado a comparar Rusia con el ISIS.
Sin embargo, Sukhenko no es la primera alcaldesa que ha muerto a manos del ejército ruso. El alcalde de Hostomel, Yuri Prilipko, fue asesinado a mediados de marzo mientras repartía medicinas y comida a la población. Ivan Fedorov, quien estaba al frente del Ayuntamiento de Melitópol, fue secuestrado el 11 de marzo, aunque, tras ser retenido una semana, fue liberado después de las negociaciones entre ambos países.
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Continúan los crímenes de guerra en Ucrania
Mientras Vladímir Putin sigue negando todas las acusaciones, Ucrania sigue sufriendo la brutal violencia rusa. Se calcula que unos 2.000 civiles, entre ellos menores de edad, podrían haber perdido la vida en estos casi dos meses de duración del conflicto.
Desde la retirada de las tropas rusas el pasado sábado, se ha podido comprobar el estado de destrucción en que se encuentra las zonas al norte de Kiev. Se han hallado en las calles de las ciudades cadáveres maniatados, con señales de haber sido ejecutados y con sus pasaportes encima de la ropa.
Ucrania ha acusado a Rusia de haber provocado una masacre de civiles en ciudades como Irpin, Bucha o Mariúpol. La viceprimera ministra, Iryina Vereshchuk, ha calificado este asesinato de "crimen de guerra" y ha asegurado que "el culpable será inevitablemente castigado de acuerdo con el derecho internacional humanitario".
No obstante, la posibilidad de que el presidente ruso sea juzgado por la Corte Penal Internacional es realmente baja. Rusia hace seis años que abandonó este tribunal y ni lo reconoce ni colabora con él.