Desde el inicio del conflicto en Ucrania, muchos países optaron por sancionar a Rusia con el objetivo de no financiar la guerra que iniciaba Putin hace ya más de 60 días. De esta manera, la Unión Europa contemplaba como medida embargar todo el gas procedente del país.
Por su parte, el Kremlin decidía cortar el suministro de gas a dos países europeos, Polonia y Bulgaria. Y es que Moscú advertía de que empezaría a cobrar el gas en rublos, la moneda oficial rusa, y no en dólares o en euros como hacía hasta el momento. Además, avisaba de que esto podría suceder en cualquier país que se oponga a pagar como ellos lo establecen.
En referencia a estos últimos sucesos, el economista Santiago Niño Becerra ha advertido en la Cadena SER que esto es 'un hachazo, lo peor que podía suceder'. A pesar de las declaraciones del gobierno polaco, que dice tener reservas de hasta el 80%, con lo que, por el momento, va a poder seguir suministrando gas a toda su población.
Niño Becerra cree que "el corte va a suponer un incremento de incertidumbre tremendo lo cual evidentemente va a afectar a los mercados, no solamente al de energía, sino en general sobre todos". Por lo cual, augura que Europa no tendrá un futuro muy propicio y asegura que se ha llegado a una situación extrema.
De esta forma, alerta de que Europa depende del gas ruso desde hace años. Y no tan solo del gas, también de los chips necesarios para los dispositivos electrónicos que usamos en nuestra vida cotidiana. "Era archisabido que dependíamos de los chips de China y Taiwán, esto pasaba antes de la pandemia y a todo el mundo le parecía bien, nadie decía nada".
Niño ha explicado que el objetivo de la UE es "cubrir a corto plazo las necesidades del 20% de los chips que Europa necesita". Para poder cumplirlo, confiesa que serían necesarios unos 20.000 millones de euros y esperar al menos cinco años.
Además, declara que Rusia no se va a quedar sin compradores de los productos que actualmente vende en el mercado europeo. "Se lo va a comprar China, lo tiene vendido: todo el gas, petróleo, queroseno y carbón. En esta historia, quien más va a perder de largo va a ser Europa", anuncia el economista.
España y Portugal podrían ser la excepción
Debido a la nueva condición de 'isla energética' de España y Portugal, que separa su consumo de energía del resto de Europa, ambos países podrían beneficiarse de la situación a medio plazo. El reciente acuerdo alcanzado entre España, Portugal y la Comisión Europea impondría un límite máximo de 50 euros el megavatio hora.
Sin embargo, no puede asegurar que, tras el corte a Bulgaria y Polonia y "con la incertidumbre de que esto pueda ir a más, este acuerdo se va a mantener o van a permitir a España que siga en esta línea". Tampoco puede vaticinar a través de las bolsas la gravedad de la situación, pero añade que "los que saben cómo van estas cosas o tienen más información creen que esto o será solucionable o no será tan grave y tendrá menos consecuencias".