La magistrada presidenta del tribunal popular, María José Gil Corredera, ha condenado a Rodrigo Lanza a 20 años de prisión por el asesinato con alevosía y agravante de motivos ideológicos de Víctor Laínez, de 55 años, en un bar de Zaragoza en diciembre de 2017.
Además, condena a Rodrigo Lanza a indemnizar con 200.000 euros a la familia del fallecido y a indemnizar al Servicio Aragonés de Salud con 5.620 euros, correspondientes al gasto sanitario efectuado por intentar salvar la vida a Laínez en un hospital de la capital aragonesa.
María José Gil Corredera ha basado esta sentencia en el fallo del jurado popular que lo declaró culpable de asesinato el pasado jueves después de juzgar el caso, conocido como el 'crimen de los tirantes', por segunda vez.
El veredicto del jurado
«No tuvo posibilidad de defenderse», señaló el jurado en su veredicto. Dieron por probado que Rodrigo Lanza entró en el bar Tocadiscos de Zaragoza a las 3.00 horas del 8 de diciembre de 2017, donde se encontraba Laínez. También, que poco después uno de sus amigos le dijo que Laínez era «de extrema derecha o neonazi» y que en ocasiones llevaba tirantes con los colores de la bandera española.
Asimismo, el jurado afirma que, en un determinado momento, Lanza se aproximó a la víctima «intercambiando una conversación que nadie escuchó» y que cuando volvió con sus amigos, Lanza les dijo que Laínez le había llamado «sudaca» y que debía volver a su país ser extranjero.
Según este relato, en esta conversación, Lanza le llamó «facha y fascista» y le dijo que La Madalena era un barrio «antifascista», que «no querían nazis en el barrio» y que «no era bienvenido».
Minutos después, y tras tomar una copa, Lanza y sus amigos se dirigieron a la salida del bar «al observar que no paraba de escribir en su móvil», pensando que estaba contactando con otras personas y que «podía haber problemas». Fuera del establecimiento, ambos mantuvieron un encuentro, saliendo Lanza a la calle mientras Laínez volvió a meterse en el fondo del bar.
El jurado asevera que «cuando Víctor ya había avanzado unos metros y estaba a la altura de la mitad de la barra, Rodrigo, estando en la calle, arrojó al suelo su abrigo y su mochila, y volvió a entrar en el local, de forma rápida, acometiendo por la espalda a la víctima, quien no tuvo ocasión de defenderse».
También ha manifestado que Lanza «golpeó fuertemente con el puño» la parte inferior trasera de la cabeza de la víctima y que, cuando se encontraba en el suelo semiinconsciente, «le dio una patada en la cabeza e, inmediatamente, se colocó encima, propinándole puñetazos en la cara y múltiples golpes, tras lo cual le dio una patada muy fuerte en la cabeza y salió del local, marchándose».
Siguiendo el veredicto del jurado, el dueño del bar se acercó a Lanza y le dijo «para, para, que lo vas a matar». Laínez comenzó a sangrar por la cabeza, nariz y oído, saliéndole de detrás de la cabeza un líquido viscoso. Además, se le deformó la cara y sufrió un edema cerebral, presentando convulsiones, ya que apenas podía respirar.
El jurado ha recalcado que Laínez no portaba una navaja (como decía la defensa) cuando mantuvieron un encuentro en la entrada del bar. «Como consecuencia de la agresión sufrida, falleció el 12 de diciembre de 2017 en el Hospital Clínico de Zaragoza».
En el cuerpo de Laínez no había lesiones que indicaran la existencia de defensa o lucha. La Policía Nacional no encontró ninguna navaja en la inspección ocular realizada posteriormente.