Con solo citar su nombre los adjetivos y las definiciones se acumulan en nuestra mente: Malcolm X el activista, el radical, el mito, el mártir, el líder, el espléndido orador, el musulmán, el orgulloso, el símbolo, el luchador infatigable por los derechos de los afroamericanos, el azote de los supremacistas blancos, el crítico implacable con el racismo estructural de la sociedad estadounidense.
Malcolm X, cuyo primer nombre fue Malcolm Little hasta que sustituyó el Little por la X como rechazo al racismo y después volvería a cambiarlo por El-Hajj Malik el-Shabazz fue un defensor de los derechos humanos y raciales y uno de los líderes negros más recordados y controvertidos de la historia de los Estados Unidos. Su trágico asesinato terminó por convertirle en leyenda.
Ahora que todos podemos ver en los telediarios cómo arden las calles de las ciudades americanas al calor de las protestas enmarcadas en el movimiento Black lives Matter (las vidas de los negros importan) no está demás repasar la biografía y el legado de Malcom X, el hombre que, como Emiliano Zapata, prefería morir de pie que vivir siempre arrodillado. ¿Quién fue Malcolm X? ¿Qué hizo? ¿Cuál fue su pensamiento?
Una dura infancia marcada por el racismo
Malcolm X nació un 19 de mayo del año 1925 en Omaha, en el estado de Nebraska. Su padre fue un ministro baptista seguidor de un líder nacionalista negro llamado Marcus Garvey que defendía el retorno de los afroamericanos a África. Su madre trabajaba como secretaria en un sindicato que defendía los derechos de los trabajadores negros. El activismo político y el compromiso social de sus padres con su comunidad obligaron a toda la familia a mudarse de estado por recibir constantes amenazas de muerte, primero a Wisconsin y luego a Michigan. En una ocasión llegaron a quemarles la casa que quedó reducida a cenizas.
Cuando Malcolm tenía solo seis años su padre falleció atropellado por un tranvía. Su muerte fue oficialmente un trágico accidente pero su familia nunca se creyó la versión oficial y siempre defendió que en realidad se trató de un asesinato perpetrado por racistas blancos. A la edad de 12 primaveras Malcom vio cómo su madre era ingresada a un manicomio donde estuvo encerrada 26 largos años. Malcolm y sus hermanos fueron entregados a distintas familias en régimen de acogida. Posteriormente Malcolm diría que estas familias los trataban como si fuesen “objetos de adorno”.
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Viviendo con una familia de acogida en Massachusetts, Malcolm abandonó la escuela secundaria con 15 años. Soñaba con ser abogado pero su maestra le aconsejó que fuese más realista y escogiese un oficio más apropiado para él como el de carpintero. Malcolm se trasladó a Boston junto a su hermanastra y desempeño varios oficios: cocinero en una estación de tren y en varios restaurantes y limpiabotas.
Luego se mudó al barrio de Harlem en Nueva York y empezó su carrera como delincuente involucrándose en el tráfico de drogas y en delitos de hurto. En esa época era conocido como “Detroit Red” por el tono rojizo de su pelo. En 1946, con solo veinte años, fue condenado a 10 de prisión. Fue un punto de inflexión clave en su biografía, entró en la cárcel como delincuente juvenil y salió de ella convertido en un activista político.
La Nación del Islam
Malcolm pasó siete años entre rejas en los que estudió y se formó de manera autodidacta y entró en contacto con la Nación del Islam, organización que sería fundamental en su devenir vital y en la formación de su pensamiento, un movimiento religioso musulmán liderado por Elijah Muhammad que defendía que la raza negra era la favorita de Alá y que los blancos eran la personificación del diablo. También postulaba que negros y blancos debían permanecer separados y la creación de un país nuevo conformado exclusivamente por personas afroamericanas en el sur de los Estados Unidos como paso previo antes de que los negros pudieran regresar a África.
Después de abandonar la cárcel en 1952 visitó al líder de la Nación del Islam en Chicago y cambió su apellido familiar por el de una simple X que simbolizaba el apellido africano perdido cuando un amo blanco esclavizó a uno de sus antepasados.
Rápidamente Malcolm X destacó en la organización y fue asumiendo puestos de mayor responsabilidad. En 1953 fue nombrado asistente del ministro del Templo Número Uno de la Nación del Islam en Detroit y a finales del mismo año fundaría él mismo el Templo Once en Boston. En 1954 fundaría el Número Doce en Filadelfia y fue escogido para dirigir el templo Número Siete en Harlem. Ese año crea el periódico Muhammad Speaks , que significa “Mahoma Habla”.
Malcolm X como ministro de la Nación del Islam defendía que la raza negra era la original de la humanidad, y que la verdadera religión de la humanidad negra era el Islam, mientras que el cristianismo era la religión del hombre blanco.
El líder carismático
Entre 1952 y 1964 Malcolm fue el portavoz de la Nación y la organización pasó de unos 500 miembros a más de 40.000. En 1953 el FBI le abrió una investigación por haberse declarado comunista, algo que en plena guerra fría preocupó mucho a las autoridades. En abril de 1957 un miembro de la iglesia de Harlem donde él era ministro fue brutalmente agredido y detenido por la policía cuando intentó impedir que los agentes apaleasen a otro hombre negro. Malcolm se personó en la comisaría exigiendo asistencia médica para su compañero mientras en el exterior cientos de sus seguidores arropaban a su líder. La protesta amedrentó a los policías que enviaron al hombre al hospital, y Malcolm disolvió la concentración con un leve gesto de su mano.
Un periodista fue testigo del suceso y su relato captó la atención de otro conocido reportero que dos años más tarde produjo un documental para televisión sobre la Nación del Islam, “The hate that hate produced”, que tuvo una gran difusión a nivel nacional y aupó a Malcolm X al puesto de radical más famoso de los Estados Unidos. El 19 de septiembre de 1960 tuvo lugar su histórica entrevista con Fidel Castro. El líder cubano había acudido a Nueva York para hablar en la Asamblea General de la ONU y durante ese encuentro Malcolm le dijo a Fidel: «Mientras el Tío Sam esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno.»
Entre el 59 y el 63 Malcolm X se convirtió en el rostro más carismático y la voz más escuchada de la Nación del Islam. Los medios de comunicación se lo rifaban sabedores de que su talla intelectual y su capacidad dialéctica seducía a los espectadores. La prensa empezó a compararlo con Martin Luther King, pero mientras King era el líder bueno que luchaba por la integración Malcolm era líder malo que representaba el sectarismo negro.
Ruptura con la Nación del Islam
Malcolm empezó a distanciarse de la Nación del Islam y de su líder Elijah Muhammad en 1963. Primero supo que Muhammad había tenido varios hijos fuera del matrimonio en abierta contradicción con los preceptos de la Nación. Después fue castigado a noventa días de silencio por un desafortunado comentario en el que se burlaba del asesinato del presidente John Kennedy en el mes de noviembre. Detrás de estos desencuentros estaba que el papel cada vez más carismático de Malcolm eclipsaba el liderazgo de Elijah Muhammad y también las luchas internas en la propia organización para suceder a Muhammad cuando este desapareciese.
En marzo de 1964 abandona la Nación del Islam y funda la organización Mezquita Musulmana. Ese mismo año peregrina a La Meca, abandonó el islamismo singular de la Nación y se convirtió al sunismo. En los últimos meses de su vida su pensamiento evolucionó y admitió que en la lucha por los derechos civiles se podía colaborar con todos aquellos que compartieran los mismos objetivos, incluidos los blancos. Aceptó la vía del voto para obtener la igualdad como reflejó en su famoso discurso “La urna o las balas”.
Su asesinato
«Vivo como un hombre muerto. Estoy marcado. El problema mío se resolverá con muerte y violencia.» Con estas palabras el propio Malcolm predijo su asesinato meses antes de que sucediera. Días antes del crimen la casa en la que vivía fue incendiada y él y su familia salvaron la vida de milagro. El 22 de febrero de 1965 se disponía a dar un discurso en una reunión de la Organización de la Unidad Afro-Americana cuando alguien gritó “¡Negro, quita las manos de mi bolsillo!”, los guardaespaldas se acercaron a ver qué ocurría y un hombre sacó una escopeta recordada y disparó al pecho de Malcolm. Una vez en el suelo otros dos hombres más lo remataron. Poco después de llegar al centro médico de la Universidad de Columbia era declarado oficialmente muerto. Por el crimen fueron condenados Thomas Hagan, Norman Butler y Thomas Johnson, los tres miembros de la Nación del Islam.
Pensamiento e influencia
Su muerte impidió ver hasta dónde hubiese llegado su evolución ideológica. En vida Malcolm nunca renunció a la violencia como herramienta política y propugnaba el derecho a la autodefensa y murió convencido de que los blancos nunca aceptarían la igualdad racial en los Estados Unidos. Su activismo resumido en la frase: “orgullosamente solos ante los blancos” influyó decisivamente en movimientos como el Black Power, las Panteras Negras o el Black Arts,todos ellos determinantes en la lucha de los afroamericanos por la igualdad durante la década de los 60 y principios de los 70.