El descenso en picado del número de vuelos a nivel mundial durante este pasado verano ha sido histórica y está llevando a la ruina a muchas empresas que han tenido que verse forzadas a realizar ajustes en sus plantillas, modificar sus protocolos aunque eso no quiera decir que dejen de poner en el aire sus aviones, ya que lo hacen incluso aunque no haya pasajeros dentro.
Las aerolíneas deben sumar horas de vuelo a sus tripulaciones para mantener en liza sus certificados y sus slots aeroportuarios, es decir, las plazas que tienen fijadas en cada aeropuerto. Antes de la crisis sanitaria, los reguladores aéreos establecían unas estrictas reglas para la asignación de slots o plazas, obligando a que las aerolíneas operasen al menos el 80% de sus slots asignados en situaciones normales. El incumplimiento de esta norma podría significar que la aerolínea pierda su derecho al slot para la próxima campaña.
ANA ha movilizado su Airbus de dos plantas A380, el avión más grande del mundo
Por ello, algunas aerolíneas han querido ofrecer a sus clientes los llamados vuelos a ninguna parte, es decir, salida y llegada al mismo aeropuerto. La compañía japonesa ANA ha movilizado su Airbus de dos plantas A380, el avión de pasajeros más grande del mundo. En el primer vuelo los pasajeros recibieron durante sus 90 minutos en el aire varios cócteles y un paquete de regalos.
En Taiwán, la nueva aerolínea StarLux Airlines también comenzó el mes pasado viajes similares de tres horas y media, en los que sobrevolaba las Islas Pratas, para apreciar desde lo más alto las magníficas vistas de las islas y asi poder hacer fotografías. En cuanto a la aerolínea Royal Brunei, ofreció paquetes de cena y vuelo de 85 minutos mientras se sobrevolaba los bosques tropicales de la isla de Borneo.
El curisoso vuelo de la australiana Quantas
El caso de la australiana Qantas es curioso, ya que hace días vendió en 10 minutos todas las plazas para un vuelo a ninguna parte que sobrevolará el 10 de octubre durante siete horas algunos de los puntos turísticos de Australia. Este vuelo sale y retorna a Sidney para sobrevolar el monolito rojo Uluru, las Islas Whitsundays y la Gran Barrera de Arrecifes. Los billetes se vendían entre 572 dólares (486 euros) y 2.754 dólares (2.341 euros).
Además, la misma compañía Qantas retomará a partir de noviembre los trayectos de 12 horas que antes ofrecía para sobrevolar la Antártida a bordo de aviones Boeing 787 como medida para reducir los efectos económicos del Covid-19.