Dos mujeres con mascarilla saludándose desde las ventanas de un edificio

La duda de Sanidad que marcará si nos van a confinar en los próximos días

Desde el Ejecutivo todavía se espera que las medidas tomadas hace tres semanas den buenos resultados

El 25 de octubre el gobierno de Pedro Sánchez decretó un nuevo estado de alarma que otorgaba a las Comunidades Autónomas la potestad de dictar cuantas medidas de seguridad y restricción considerasen oportunas para frenar los contagios por coronavirus. De esta manera entraba en juego una nueva medida que ya venía resonando en otros países de la Unión Europea: el toque de queda.

Junto a esta se fueron sumando muchas más como el cierre de la hostelería en algunas ciudades que provocaron la ira de los empresarios hosteleros y la ruina para muchos de ellos. Todo esto sucedía mientras los contagios seguían subiendo y algunas autonomías pedían autorización para decretar el confinamiento domiciliario. Una petición que el Ejecutivo negó en redondo pues el nuevo estado de alarma no lo contemplaba y habría que cambiarlo.

El Ministerio de Sanidad reiteraba una y otra vez que el confinamiento no entraba en los planes y que había que esperar para saber si las medidas adoptadas tras este nuevo estado de alarma tenían efectos positivos sobre el avance de la pandemia. Mientras tanto, los hospitales se iban llenando rozando el colapso sanitario, para desesperación de los profesionales que veían como la pesadilla de la primera ola se volvía a repetir.

Toca hacer balance

Tres semanas han pasado ya desde aquel 25 de octubre. Suficientes para comenzar a evaluar el alcance que las medidas de restricción tomadas han tenido. Ahora toca que el Gobierno y los representantes de las Comunidades Autónomas se sienten para poner sobre la mesa si el toque de queda, la limitación en reuniones, el cierre de la hostelería entre otras medidas han valido para algo o se necesita unas medidas más duras.

Salvador Illa, ministro de Sanidad, reiteraba que todavía era pronto para conocer los resultados y que se necesitaban entre «dos y tres semanas». El confinamiento domiciliario es una medida muy drástica que hay que valorar en todos sus aspectos y que desde el Ejecutivo quieren evitar. «Vamos a intentar que eso no llegue» señalaba Carmen Calvo, vicepresidenta primera del Gobierno sobre el confinamiento domiciliario.

Después de los últimos datos sobre la evolución de la pandemia, el Ejecutivo se muestra prudente ante una posible «fase de estabilización» que parece haber experimentado la segunda ola. Los indicadores ponen de relieve que este segundo estado de alarma parece haber resultado efectivo, pero todavía no hay que cantar victoria.

Salvador Illa tiene dudas

El ministro de Sanidad no está del todo convencido sobre los buenos resultados que poco a poco se empiezan a observar. Illa se mira en el espejo de lo que está sucediendo en otros países europeos donde la situación es muy grave y no puede evitar pensar que puede que sea lo que le tocará a España vivir en los próximos meses.

«Los datos tienen que bajar más» aseguraba Salvador Illa sobre el paulatino descenso que se ha experimentado. Sobre las próximas navidades, el ministro no quiso aventurar a decir nada claro pues es difícil saber cómo se va a comportar la pandemia: «La situación es muy frágil» señalaba.

Hay que esperar un poco más

Castilla y León, País Vasco, Andalucía y Asturias han pedido en varias ocasiones que el Gobierno les habilite para decretar un confinamiento domiciliario de la población. Una petición que todavía les es negada por el Ejecutivo que pide «esperar y aguantar» hasta conocer el resultado de las medidas restrictivas ya impuestas.

La leve mejoría que se ha experimentado ha dado alas al Gobierno para seguir confiando en no ser necesario llegar al confinamiento, sin embargo existe un temor a llegar a los límites del pasado mes de marzo y por ello algunas comunidades continúan poniendo sobre la mesa la posibilidad de confinar. Pero todavía tocará esperar unos días más para saber si definitivamente no hay más opción.