Pasan los días, las horas y los minutos. Y Ladero permanece en silencio. Nadie puede creer todavía lo que ocurrió con Álex. Eran las 20.30 del pasado jueves cuando se dio la voz de alarma: un niño, de 9 años, había desaparecido en plena celebración de Halloween. No hubo nada que hacer.
Francisco Javier Almeida López De Castro, violador reincidente condenado a 30 años de cárcel por agredir sexualmente y asesinar a una mujer por el apodado 'crimen de la inmobiliaria', era el presunto asesino. Tras el asesinar al menor a sangre fría en su piso, intentó huír. Pero un agente de la Guardia Civil le sorprendió cuando quería marcharse.
«He visto de todo, pero esto esto es lo peor sin duda. El peor día de mi vida», comentó el agente. En declaraciones recogidas por 'El Mundo', el guardia civil que halló el cuerpo del niño explica cómo fue la atroz y terrible secuencia.
Minutos de desesperación
La situación, según uno de sus protagonistas, fue esperpéntica. Pues nadie, ni la misma policía, podía creer lo que estaba pasando. Tras arrancarle el niño de los brazos al presunto asesino, el mismo guardia civil bajó las escaleras a toda prisa. Fue allí dónde intentó reanimar al menor de edad. Pero todo intento fué estéril.
El menor había perdido la vida minutos antes a manos de Jorge Javier. La insistencia del agente que encontró el cuerpo cesó cuando, tras minutos de masaje cardiopulmonar, vio que no se podía hacer nada. La secuencia fue atroz y durísima para muchos de los agentes, que aseguran que tuvieron incluso que apartar la mirada.
Sin embargo, algo llamó la atención de los agentes que se personaron en el punto del suceso. Jorge Javier, ya detenido, asistía «impasible» a lo que estaba sucediendo a su alrededor. Pues según el medio citado, se limitó a mirar a los agentes de la guardia civil y a los agentes de Homicidios cómo hacían su trabajo.
El silencio del presunto asesino
Y es que Jorge Javier Almeida todavía no ha dicho nada. En las cerca de 72 horas que estuvo detenido se limitó a optar por el silencio, cómo si supiera a ciencia cierta qué es lo que tenía que hacer. Y sí, lo sabía; pues no era la primera vez que Almeida se encontraba en una situación así.
La suya era una situación reincidente. El 17 de agosto de 1998, Francisco Javier Almeida había perpetrado el terrible 'crimen de la inmobiliaria'. El presunto asesino de Álex lo tenía todo planeado. Dos días antes de perpetrar la muerte de la empleada la había ido a visitar a la misma inmobiliaria.
Con la excusa de que quería visitar uno de sus pisos, se citó con ella el 17 de agosto a las 17.30 horas. Una vez en el piso, la asesinó a sangre fría, asestándole varias puñaladas.
A causa de dichos hechos, el asesino fue condenado a 20 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía en el 2000.
También se le sumaron 10 años más por un delito de agresión sexual y un pago de 40 millones de pesetas a la familia de la víctima por responsabilidad civil. Pese a ello, el hombre fue puesto en libertad en abril del 2020 y un año y medio después el presunto protagonista del suceso de Álex.
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