La tragedia del naufragio de un barco gallego en aguas de Terranova, Canadá, ha dejado a varias familias totalmente desconsoladas. Han sido nueve las personas que se han confirmado como fallecidas y tres como supervivientes. Además, se asegura que, por el momento, hay un total de 12 desaparecidos.
Hasta ahora se habían desarrollado labores de búsqueda en el mar pero parece que estas han cesado. Las autoridades canadienses consideran que ya han alargado el rescate más tiempo del que deberían, puesto que no hay indicios de que aparezcan más supervivientes.
Así pues, las familias de esos 12 desaparecidos quedan ahora sin consuelo, sin más noticias de los familiares que embarcaron en el pesquero gallego y que ya no pudieron regresar.
Cada uno de los náufragos tenía su historia personal, con personas allegadas que ahora quedan hundidas. Juan Frías es uno de los españoles que viajaba en el buque y que, ahora, se encuentra en paradero desconocido.
Su mujer ha dado ahora algunas declaraciones al diario La voz de Galicia, confesando el sufrimiento por el que está pasando. Y es que la pareja de Juan no sufre solo por ella, ambos tenían dos hijos muy pequeños, de solo 4 y 8 años.
Sola y con sus hijos de 4 y 8 años
Sonia, como se llama la mujer, ha contado que a sus pequeños todavía no les ha podido decir nada. Día a día se ve obligada a disimular cuando está con ellos para que no sospechen nada.
"Yo estoy que no estoy, mis hijos no saben nada, la psicóloga nos ha dicho que por ahora mejor así", ha contado la mujer. Y es que no quiere hacer sufrir a sus hijos antes de tiempo.
Hay que recordar que Juan Frías se encuentra entre los desaparecidos, hasta ahora se estaban realizando labores de búsqueda, pero estas se han cancelado. Al parecer, Sonia no quería decir nada a sus hijos antes de tiempo, pero ahora todo ha cambiado.
"Cuando mis hijos salen del cole tengo que disimular, esto es durísimo, disimulo para que no sufran. Estaba esperando a tener noticias y ahora suspenden la búsqueda", ha explicado la mujer.
Además, ha confesado que está pasando por toda esta situación muy sola, y es que la familia de Juan Frías no está en el país. "Me estoy comiendo esta desgracia sola, la familia de Juan está en Perú desesperada".
La pareja necesitaba el dinero para vivir
Según la propia Sonia ha confesado, el hombre no debía partir con ese barco. Al parecer, había planeado salir con su padre en otra embarcación, pero finalmente se quedó en tierra. Él nunca había trabajado en alta mar, pero necesitaba el dinero para su familia e iba a comenzar en el negocio con su padre.
El día que partió el barco de su padre finalmente no fue con él, y a los pocos días lo llamaron para embarcar en el Villa de Pitanxo. No se lo pensó, necesitaba el dinero pues llevaba tiempo en paro y en su familia no había más ingresos.
El día 26 Juan partió con la embarcación desde el puerto de Vigo. Al parecer hubo algunas bajas por casos positivos de covid y el viaje se retrasó un poco. Desde el día que salió con el barco, él y su mujer hablaron cada día por teléfono, hasta el día del naufragio.
Ese día, al parecer, le contó que hacía mucho frío y que estaban trabajando mucho, pero que el mar estaba en unas condiciones terribles. Tras eso no volvió a saber de él.