Pedro Sánchez, con gesto preocupado en una rueda de prensa.

Una doble mala noticia amarga el futuro más inmediato de Pedro Sánchez

La situación política actual, sumada al ya bautizado como 'efecto Ayuso', comienza a pasar factura al presidente del Gobierno

Este martes, 1 de junio, se cumplirán tres años desde la llegada de Pedro Sánchez al Gobierno. Lo hizo a través de una moción de censura presentada con rapidez y negociada con habilidad, con la que un PSOE que parecía sin opciones de conseguir el apoyo de la mayoría del Congreso, contó finalmente con el respaldo de 180 diputados, por encima del umbral de los 176 necesarios para que el mecanismo prosperara. Desde entonces, Sánchez ha presidido un Gobierno en solitario, ha convocado unas elecciones y su repetición por imposibilidad de ser investido, y, finalmente, ha formado el primer Ejecutivo de coalición en España con Unidas Podemos, con una pandemia mundial como reto principal a afrontar.

Sánchez, por primera vez ante la tendencia negativa de las encuestas

En sus tres años en la Moncloa, lo cierto es que la tendencia electoral y demoscópica ha ido a favor de Pedro Sánchez. No tan solo ha vencido las dos convocatorias de elecciones generales de 2019, sino que el PSOE obtuvo buenos resultados en las elecciones autonómicas, europeas y locales celebradas desde su llegada al poder. Sánchez ha logrado dar un golpe de timón a la tendencia regresiva que impregnaba al PSOE desde la salida del poder de Zapatero, en 2011, iniciando una nueva etapa de comodidad para el partido.

Pero algunos indicios muestran como en las últimas semanas este periodo ha llegado a su fin. La victoria del PP de Isabel Díaz Ayuso en Madrid el pasado 4 de mayo, en unos comicios en los que el PSOE registró una caída a la tercera plaza, pasando de 37 a 24 escaños, marcó un punto de inflexión en la trayectoria electoral de los socialistas a escala general. A ello se suma uno de los embrollos que tiene sobre la mesa el Gobierno, especialmente desde la semana pasada: el indulto a los presos independentistas catalanes. La cuestión cuenta con el informe contrario —no vinculante— del Tribunal Supremo, pero el Ejecutivo parece convencido de otorgar la medida de gracia.

La concesión de los indultos cuenta con grandes reticencias no tan solo desde la oposición, sino también a nivel interno. Son muchas las voces históricas del PSOE, también desde baronías territoriales, que han advertido de su disconformidad con la concesión de los indultos y de las consecuencias negativas que ello puede tener sobre el futuro electoral de los socialistas. La presión es creciente y lo va a ser hasta que el Gobierno los conceda —se calcula que podría ser dentro de un mes. Y la presión irá en aumento a medida que vayan publicándose encuestas que pronostiquen un futuro negro para el PSOE.

Doble encuesta, doble varapalo para el futuro de Sánchez

Eso es lo que ocurre hoy con el doble estudio demoscópico elaborado por 'NC Report' para La Razón. El PSOE empieza a notar claramente el desgaste y así lo demuestran las encuestas publicadas hoy sobre Andalucía, comunidad clave que los socialistas no tan solo no recuperarían sino que quedarían más lejos que ahora de acceder a la Junta; y Castilla-la Mancha, que perderían en favor del PP

En Andalucía, los socialistas perderían por primera vez las elecciones autonómicas: las ganaría el PP de Juanma Moreno, creciendo de 13 a 15 escaos y situándose con 39-41. El PSOE sería segundo, con 38-39. Por detrás, Vox crecería hasta los 16-17, Unidas Podemos se quedaría con 10-11 y Ciudadanos, con entre 2 y 4. La suma del PP y Vox sería suficiente para mantener un ejecutivo de derechas, sin necesidad de pactar con los naranjas.

En Castilla-la Mancha, PSOE y PP empatarían a 15 escaños, pero los 3 que obtendría Vox serían determinantes para que Emiliano García-Page tuviera que abandonar el Palacio de Fuensalida y la región recuperara un gobierno de derechas. Ciudadanos, hoy con cuatro diputados, quedaría fuera. En definitiva, pues, Pedro Sánchez comienza la semana con malas noticias: su tercer aniversario en Moncloa va a ser amargo si piensa en lo que, electoralmente, le puede deparar su futuro más inmediato.