La dieta Keto es un tipo de alimentación con mucho éxito entre deportistas que se ha puesto de moda también para adelgazar. Muchos afirman que es el secreto de un cuerpo 10, pero también ha recibido muchísimas críticas. Y es que es bastante radical, dando libertad total de consumo de ciertos alimentos pero eliminando otros que, para muchos, son esenciales para el día a día.
El orígen de la dieta 'keto'
Las dietas 'keto' o cetogénicas se popularizaron en los años 1920-1030 como terapia para tratar la epilepsia. Con el paso del tiempo, los avances en investigaciones y la aparición de fármacos y terapias alternativas, esta opción fue perdiendo peso hasta casi desaparecer. Solo se seguía utilizando en casos en los que no se conseguía controlar la enfermedad, la mayoría de estos en niños.
Una reciente revisión sistemática de Cochrane ha concluido que esta dieta sigue siendo una opción válida para aquellos que sufren epilepsia refractaria o para los casos en los que la intervención quirúrgica no es una opción. Pero también advierte que todos los estudios considerados reportaron efectos adversos en el seguimiento de la dieta y que las tasas de abandono fueron altas debido, sobre todo, a la escasa adherencia.
En qué consiste la dieta 'keto'
Una dieta 'keto' consiste, en definitiva, en eliminar o reducir al máximo todos los hidratos y apostar por las grasas y las proteínas. Es lo que se conoce normalmente como dieta cetogénica. El nombre se deriva del hecho de que permite al cuerpo producir pequeñas moléculas de combustible llamadas 'cetonas', una fuente alternativa de combustible para el cuerpo que este utiliza cuando hay poco azúcar en sangre.
Cuando el cuerpo produce cetonas, entra en un estado metabólico llamado cetosis. La forma más rápida de llegar a la cetosis sería a través del ayuno, pero, como no se puede ayunar indefinidamente, esta opción resulta válida para muchas personas.
Las cetonas se producen cuando comemos muy pocos carbohidratos, que se descomponen rápidamente en azúcar en sangre, y cantidades moderadas de proteínas. ¿Y por qué moderadas, si a veces se presenta como una dieta de proteínas? Pues porque el exceso de proteínas también puede convertirse en azúcar en sangre.
El cerebro consume mucha energía durante el día y no puede funcionar directamente con grasa, sino solamente con glucosa o cetonas. El hígado, al descomponer la grasa, produce cetonas que servirán de combustible para todo el cuerpo, en especial para el cerebro.
En una dieta cetogénica, el cuerpo cambia su suministro de energía y pasa a funcionar principalmente con grasa. Quema grasa a todas horas y todos los días, ya que los niveles de insulina, que es lo primero que se quemaría, están muy bajos.
Es una dieta muy recomendada para perder peso. Además, evita la sensación de hambre y promueve el suministro constante de energía. No obstante, también tiene, según los expertos, muchos puntos negativos.
«Es una dieta médicamente necesaria para ciertas condiciones. Si usted está tratando de bajar de peso, esta es simplemente otra dieta de moda para la cual no tenemos mucha información investigativa a largo plazo. No la recomendamos como una dieta para bajar de peso, ya que no sabemos los efectos nutricionales a largo plazo en el cuerpo, y muchas personas tienen problemas para adaptarse a esta», explica Sergio Jaramillo, neurólogo en Bapstist Health Neuroscience Center.
«Existe un beneficio claro al perder la masa corporal inicialmente con esta dieta. Sin embargo, hay muchas preguntas sin respuestas acerca de los efectos a largo plazo en el cerebro cuando se efectúa ese cambio. Además, hay ciertas poblaciones de pacientes, por ejemplo, los que sufren de enfermedades cardiovasculares, enfermedades autoinmunes, personas con osteoporosis y personas con ciertas deficiencias, que verdaderamente tienen que consultar con sus médicos antes de implementar este tipo de dieta», añade el doctor.