La familia de Nerea Añel, una chica de Ourense de 27 años, la vio por última vez el día de reyes de 2020. Su cuerpo fue encontrado nueve meses después en una aldea abandonada. Estaba en avanzado estado de descomposición, y con signos de violencia.
Tras confirmar que era su cadáver, se inició una investigación llevada con mucho celo. Los esfuerzos han dado resultado. La Policía ha detenido al que entonces era su novio, y todo apunta a que estamos ante un nuevo caso de violencia de género.
La persona que está detenida desde ayer fue la última pareja conocida de la joven. Desde la desaparición estuvo en el punto de mira de los investigadores. Pero necesitaban indicios fiables para detenerle por el asesinato de la jovern.
Según el diario El Mundo, no ha trascendido la clase de delito que se le atribuye, pero sí que es el principal sospechoso del fallecimiento de Nerea. Tampoco se conoce su identidad, más allá de que se trata de un hombre de poco más de 30 años.
Actualmente cumple condena por otra causa. Ayer fue detenido y trasladado a la Comisaría de Ourense para prestar declaración. Tendrá que responder a las preguntas de la policía sobre los indicios que tienen contra él y que le incriminan en el caso.
Bajo secreto de sumario
De momento, el caso sigue bajo secreto de sumario. Está siendo investigado por el Juzgado de Instrucción número 3 de Ourense. Apenas han trascendido detalles de la investigación, pero sí que hay un detenido y que se hizo una reconstrucción de los hechos.
La principal hipótesis es que Nerea murió al romperse el cuello tras un empujón. Ayer mismo, la reconstrucción resultó clave para esclarecer lo ocurrido en un motel de Barbadás, cerca de donde más tarde apareció el cadáver de la víctima.
El detenido tenía alquilada una habitación en ese motel. El día de los hechos salieron juntos del establecimiento, pero él volvió solo. Según un testigo, él estaba nervioso y explicó que no utilizaría más la habitación.
Desaparición y localización del cuerpo
La joven desapareció por esas fechas y durante meses la Policía estuvo investigando sobre su posible paradero. El 15 de septiembre, dos senderistas localizaron el cuerpo sin vida de la joven. Estaba en una zona abandonada de Barbadás.
La autopsia confirmó que se trataba de los restos mortales de Nerea Añel, y que había sufrido una muerte violenta. No se ha revelado la causa exacta de la muerte, pero se especuló desde el principio que podría tratarse de un crimen.
El caso sigue en manos de los investigadores de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) y la Unidad de familia y mujer (UFAM) de la Comisaría de Ourense. No ha trascendido ningún detalle, por el secreto de las actuaciones.
Por su lado, la sala especializada en Violencia sobre la Mujer autorizó la realización de una reconstrucción de los últimos momentos con vida de Nerea. Esta fue la pieza que faltaba para encajar el puzzle. Los agentes detuvieron de inmediato a la ex pareja de la chica.
Ambientes marginales de la ciudad
Ya durante la desaparición, la familia de Nerea sospechó que algo malo le había pasado. Su madre, Belén, aseguró que «llevaba dos años en un mundo que no era bueno». Creía que se la habían llevado, que la habían engañado. «O eso, o está muerta», concluyó.
La familia denunció que en los últimos tiempos se movía en ambientes marginales de la ciudad y se relacionaba con personas que no conocía. Uno de ellos sería el joven con el que mantuvo una relación, y que ahora está detenido por su asesinato.
Su familia no le conocía, y además cuenta con un amplio historial delictivo que la ha hecho pasar anteriormente por prisión. La policía sospecha que discutieron, la empujó provocándole la muerte, y abandonó el cadáver.
Su padre investigó por su cuenta
Una pieza clave para ayudar a resolver el caso ha sido Carlos Añel, el padre de la joven. El hombre hizo averiguaciones por su cuenta y dio una serie de nombres a la Policía para que les interrogasen.
Además emprendió una lucha para que el caso de su hija contara con los mismos recursos que los demás desaparecidos. La familia llevó a cabo una exhaustiva tarea de búsqueda, con carteles y movilización a través de las redes sociales.
Todos su esfuerzo no sirvió para hallar a Nerea con vida, pero sí para poner en marcha una investigación por su asesinato. La detención del principal sospechoso de su muerte es la primera buena noticia desde hace un año y medio.