Sigue la búsqueda desesperada de Sarah Everard, la joven de 33 años que desapareció en extrañas circunstancias el 3 de marzo cuando se dirigía a su casa, al sureste de Londres. El caso, que ha generado una gran conmoción en el Reino Unido, ha dado un vuelco en las últimas horas: un policía ha sido detenido como sospechoso del secuestro y asesinato.
Sarah Everard trabajaba como directiva de marketing y la noche de los hechos había estado en casa de un amigo. Luego se dirigió a su casa, donde tendría que haber llegado sobre las 10 de la noche. Pero nunca regresó, y su paradero, a día de hoy, sigue siendo un misterio.
Desde entonces, la policía y decenas de voluntarios buscan sin descanso a la joven en uno de los casos más mediáticos de desapariciones que se recuerdan. Incluso se desató una oleada de pánico en el país, y la propia policía recomendó a las mujeres no salir de casa solas y de noche. Ahora, la policía está más cerca de resolver el caso gracias a un vuelco en la investigación que ha causado estupor.
Hace unas horas ha sido arrestado Wayne Couzens, un policía de 48 años, como sospechoso de la desaparición de Sarah. También ha sido detenida la mujer de Wayne como sospechosa de haber cooperado en el secuestro. Couzens había formado parte de los operativos policiales de la seguridad de la Casa Real.
También en las últimas horas se han descubierto restos humanos en el bosque, aunque las autoridades no pueden confirmar aún si se trata del cuerpo de la joven. «La identificación puede llevar varios días», advirtieron.
Desde que Sarah se esfumó, la policía ha peinado las 750 casas de la zona donde desapareció y ha levantado incluso las alcantarillas de la calle donde fue vista por última vez. Pero ni rastro. Ni las más de 120 llamadas analizadas por los investigadores, ni los perros rastreadores que husmean en los jardines de la zona han conseguido aportar una sola pista fiable.
El coche de Wayne aparece en las imágenes
Pero el caso ha dado un giro inesperado. La cámara frontal del casco de un motorista que iba por la calle donde desapareció Sarah la noche de los hechos, registró el coche de Wayne Couzens. De momento es solo una prueba circunstancial, pero que abre la única vía de investigación fiable hasta ahora para saber qué pudo pasar.
Las primeras pesquisas han descartado que Wayne y Sarah se conocieran anteriormente, pero sospechan que el policía pudo haber utilizado su placa de agente para atraer a la joven al coche y secuestrarla. La policía no quiere que se le escape ni un detalle, y tras arrestar al policía y a su mujer han montado una carpa forense a la entrada de su casa. Buscan en su interior cualquier pista que pueda vincularles con el caso.
Wayne forma parte de los equipos especiales de la policía que protegen a políticos y a la casa real en eventos. Horas antes de la desaparición de Sarah, durante el día, estuvo patrullando al sur de Londres. Su mujer es una ucraniana de 38 años que trabaja como directora en un laboratorio. Al principio, la policía les arrestó como sospechosos de un secuestro, pero ahora creen que también podrían ser autores de un crimen.
Llamó a su novio antes de desaparecer
El comisario adjunto, Nick Ephgrave, informó del arresto de ambos sospechosos: «Es un acontecimiento significativo. Seguiremos trabajando a toda velocidad en esta investigación, pero el hecho de que el arrestado sea un oficial de la policía metropolitana en servicio es algo impactante y perturbador».
A pesar de todos los indicios encontrados hasta ahora, la policía mantiene viva la esperanza de hallar a Sarah con vida: «Quiero dejar claro que en este momento no tenemos información que sugiera que Sarah haya sufrido algún daño, y mantenemos opciones abiertas en cuanto a las circunstancias».
Antes de desaparecer, Sarah hizo una llamada de 15 minutos a su novio. Caminaba sola por una calle, tal y como han confirmado las cámaras de seguridad revisadas. Se cree que en este momento, Wayne la pudo haber abordado con su coche.