Cada día se descubren nuevas secuelas que deja el paso del coronavirus por el cuerpo de algunos pacientes que lo han sufrido, y estas siguen sorprendiendo. Al principio de la pandemia, la comunidad médica se centró en los síntomas más visibles del coronavirus, siendo estos los síntomas respiratorios clásicos y la dificultad para respirar, pero con el tiempo, se ha ido descubriendo síntomas más atípicos de este virus, y es que cuando se trata de un nuevo virus, se tarda un tiempo en conocer toda la gama de síntomas.
Según un documento presentado en el Congreso de la Academia Europea de Dermatología y Venereología, hay evidencia científica de que el coronavirus provoca síntomas dermatológicos.
Entre ellos destacarían urticaria, ‘dedos de los pies covid’, púrpura retiforme o erupciones papulosas. Es la conclusión a la que se llegó estudiando 990 casos de 39 países diferentes, y se observó además que los enfermos tardaban una media de 12 días a empezar a presentar los primeros síntomas, que podían llegar a durar hasta 150 días.
‘Dedos de los Pies Covid’, una inusual y extraña secuela
¿En qué consiste este esta secuela que afecta a nuestros pies? Pues que los dedos de los pies se ponen de color rojo y morado, se hinchan, queman y pican. La buena noticia es que esta afectación se está dando principalmente en pacientes que han sufrido el coronavirus de forma muy leve o asintomática. Además desarrollan este síntoma mucho tiempo después de su infección.
Aunque la mayoría de los casos de dedos COVID-19 ocurren en los pies, las manos también pueden verse afectadas. También se han reportado erupciones parecidas en personas positivas por covid a las que resultan de la urticaria y la varicela.
La teoría más plausible sobre por qué se sucedería este tipo de reacción cutánea al virus podría deberse, según afirman los dermatólogos, a una respuesta inflamatoria al virus, o también a pequeños coágulos de sangre en los vasos sanguíneos de la piel.
La inflamación suele pasar con el tiempo y no es una secuela que vaya a quedar para siempre, sino que acaba desapareciendo, por lo que el tratamiento suele ser la aplicación de un gel tópico para reducir la inflamación, en caso de mucha molestia.
Secuelas a largo plazo del coronavirus
Como decíamos, a medida que se ha ido sabiendo más sobre el coronavirus, los expertos han ido detallando más y más cómo afecta el virus en nuestro cuerpo, aunque gran parte sigue siendo un misterio. Lo que sí se empieza a descubrir es que el virus puede afectar a todo el cuerpo y dejar secuelas de larga duración en los pacientes que lo han pasado, aunque no hayan sido casos graves. Es lo que se ha empezado a llamar ‘coronavirus crónico’ o ‘síntoma de la Covid persistente’, es decir cuando los síntomas del coronavirus se cronifican y siguen en el cuerpo tiempo después de haber superado la enfermedad.
Algunos de estos síntomas más comunes que perduran en el cuerpo a largo plazo son la dificultad para respirar, la tos crónica y la fatiga. También hay que sumar el dolor articular, dolor torácico, cansancio, febrícula, cefalea, falta de concentración y memoria, anosmia, dolor de garganta, taquicardia o palpitaciones, disfagia, diarrea, náuseas, y un largo etcétera.
Pero otros menos evidentes también incluirían la pérdida del olfato y el gusto, o incluso el empeoramiento de la audición y los acúfenos, como se ha descubierto en un reciente estudio.
Según los estudios que se manejan a día de hoy con respecto al síntoma de la Covid persistente, las más propensas a sufrirlo son mujeres de una edad media de 44 años.