La Guardia Civil ya no cree que la desaparición de Esther López en Traspinedo (Valladolid) sea voluntaria, y ha elevado el nivel de riesgo a “perfil alto”. El hecho de que su móvil siga sin tener señal y el testimonio de varias personas de su entorno resultan preocupantes. Investigadores y familiares ya se ponen en lo peor.
Esther López, una vecina de Traspinedo de 35 años, fue vista por última vez el pasado 12 de enero. Había estado en un bar del centro viendo un partido de fútbol, y luego había estado en casa de un amigo. La Guardia Civil trata de reconstruir sus últimos pasos y la teoría de una desaparición forzosa gana peso.
Lo último que se sabe de ella es que un amigo la dejó en la carretera y dijo que venía alguien a buscarla. En este punto los testimonios se vuelven confusos y contradictorios. Pero en las últimas horas ha ganado peso una línea de investigación basada en varios testimonios que aseguran que iba “con malas compañías”.
Riesgo alto
En un primer momento, la Guardia Civil trabajaba con la hipótesis de una desaparición voluntaria y lo consideraba de “bajo riesgo”. Pero según avanza el Diario de Valladolid, la Guardia Civil ha elevado el riesgo en la desaparición de Esther. Varios testimonios coinciden en que la chica frecuentaba “malas compañías”.
Así lo han manifestado varias personas que conocen a la joven, y ahora mismo es la línea que están investigando los agentes. La operación de búsqueda sigue activa y ayer por la tarde retomaron las labores con un helicóptero y perros especializados. Las batidas se centran en el entorno del restaurante La Maña.
Los agentes han tomado declaración a los familiares y amigos de Esther, una joven a la que todos describen como buena y amable. El objetivo es encontrar una pista, un detalle que permita desencallar la investigación que, a estas horas, sigue plagada de incógnitas. Pero cada nueva información es aún más desalentadora.
Testimonios contradictorios
Esther es una vecina de toda la vida de esta pequeña localidad vallisoletana, y había tenido varios trabajos esporádicos. El día que desapareció había estado en una concentración en el pueblo a favor de la sanidad pública. Por la noche acudió con sus amigos a un bar del centro para ver el partido entre el Barça y el Madrid.
A partir de aquí, los testimonios se contradicen y hay varias lagunas que los agentes tratan de resolver. Saben que estuvo en el bar James Dean y luego en el bar El Castillo, y que al terminar el partido se marchó en coche con un amigo. Fue entonces cuando se perdió su rastro, en la zona de El Romeral donde ahora la buscan.
Esther y otro joven estuvieron en casa de su amigo Luis hasta que a las 00:30 horas se fueron porque este tenía que irse a trabajar. En declaraciones a Telecinco, Luis explicó que la chica volvió al bar donde había visto el partido “con dos amiguetes del pueblo”. Y según su versión, estuvieron allí hasta las dos o las tres de la madrugada.
La última vez que la vieron
“Vinieron a casa a tomar una cerveza, y luego se marcharon a buscar a otros amigos”, añade Luis. Según cuenta, “ella tenía ganas de ir a Valladolid a tomar algo”. Sin embargo, el propietario del bar desmiente que Esther estuviera allí hasta tan tarde: “A esa hora el bar está cerrado, no me fastidies”.
Otros testigos aseguran que “Esther y los otros dos amigos se fueron del bar juntos a la urbanización El Romeral, donde vivía uno de los amigos”. Según la reportera de Telecinco, “un amigo nos cuenta que la dejó en la carretera, al lado del restaurante La Maña, porque le dijo que había quedado con alguien”. Ahí es donde se le pierde la pista.
Esta versión está corroborada por Luis, el amigo de Esther: “Fue nuestro amigo Óscar, dice que se supone que iba a venir alguien a buscarla”. Desconocen si alguien pasó a recogerla o se marchó andando. También afirman que aquella noche Esther estaba normal, aunque “llevaba tiempo sin trabajar y estaba estresada”.
Buscan en zonas abruptas
Con todos estos testimonios, los agentes creen que Esther estuvo en el bar viendo el partido y que luego se fueron a casa de un amigo a tomar algo. Probablemente luego volvieron al bar, aunque desconocen si estuvieron ahí o ya estaba cerrado. Después la dejaron en la carretera, donde esperaba que alguien la recogiera.
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Ahí es donde resulta clave la inquietante información que revelan varios testimonios. Al parecer, Esther iba “con malas compañías” y esto podría estar relacionado con el desenlace de su desaparición. La prioridad de los agentes es saber con quién quedó la chica, aunque sin el teléfono será difícil acceder a esa información.
Ahora la Guardia Civil ya no cree que la desaparición sea voluntaria y pide buscar en las zonas más abruptas donde se haya podido esconder algo. Mientras, la familia mantiene la esperanza de poder encontrarla con vida. El pueblo sigue volcado en su búsqueda, entre esa esperanza y la desesperación.