Sanidad notifica 2.935 casos de COVID-19, la cifra más alta desde el 25 de abril. La sensación de desorganización se ha extendido en todo el país y el futuro incierto empieza a causas estragos.
Los sectores sanitarios, empresariales y educativos son los más afectados por la actual crisis sanitaria. De hecho, los colegios ni siquiera saben si podrán abrir el próximo curso ni en qué condiciones.
Este es uno de los escenarios que más preocupa a los ciudadanos. Y es que sin colegios se desvanece la posibilidad de volver al trabajo con normalidad.
Miles de autónomos y de pequeñas y medianas empresas dependen de que los colegios vuelvan a funcionar sin contratiempos. Si eso no ocurre, el escenario podría complicarse mucho más para ellos.
Aunque la letalidad de la epidemia parece ser menor que en los meses terribles de marzo, abril y mayo, la sensación de improvisación por parte de las administraciones no es menor que por aquel entonces.
Con el fin del estado de alarma, también se terminó el mando único. Lo que ha supuesto en la práctica que sean las comunidades autónomas las encargadas de gestionar las respuestas a los rebrotes.
A partir de ahí, cada comunidad ha ejercido sus competencias de forma autónoma. Lo que ha generado en algunos casos situaciones ilógicas y con poco sentido común.
Por este motivo se pide que vuelva a ser el Gobierno Central el que asuma las competencias.
La falta de protocolos unificados ha acabado afectando también a los médicos de atención primaria.
Si el problema durante la primera oleada fue la falta de tests PCR, el de los actuales rebrotes está siendo la abundancia de ellos.
Sin criterios comunes, son estos médicos los que deben decidir ahora quién se hace la prueba, quién no, quién debe cogerse la baja o qué medidas deben tomar los infectados.
Las consecuencias del caos resultante son obvias. La más relevante de ellas es la dificultad de saber si las cifras de infecciones, de tests realizados y de rastreo proporcionadas por las comunidades son fiables.
Tres escenarios previstos
Tras el fin del estado de alarma, el Gobierno definió tres escenarios. Uno de relativa normalidad que es el actual, un segundo en el que un mismo brote afectaría a varias autonomía y un tercero en el que el Ejecutivo recuperaría el mando único.
Aunque estos dos últimos escenarios parecían lejanos, Sanidad ha convocado urgentemente un consejo interterritorial extraordinario para hoy. El avance creciente del virus y la sensación de descontrol parece que por fin han activado al Ejecutivo.