El nerviosismo que estos días rodea la Casa Real y Moncloa por los escándalos del rey emérito y la complicada situación de los rebrotes en España ha acabado estallando en una bronca histórica que puede cambiarlo todo. La discusión ha enfrentado nada más y nada menos que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el jefe del Estado, el rey Felipe VI.
La bronca ha sido de tal calado que Zarzuela no descarta elevar una protesta pública en forma de nota-denuncia detallando el error del Gobierno. El origen de la discusión es una decisión de Moncloa que habría condicionado la agenda de Felipe y Letizia.
Fuentes de la Casa Real han empleado las mismas palabras que Pedro Sánchez para referirse a los escándalos del rey emérito Juan Carlos: «Perturbador e inquietante». Así han definido el intento de Moncloa de prohibir el viaje de Felipe y Letizia a Ceuta y Melilla.
La intención del Gobierno es que los reyes eviten esa visita para no enfadar al gobierno de Marruecos, en plena tensión por el cierre de fronteras en la nueva fase de la pandemia. Felipe y Letizia tenían previsto visitar Ceuta y Melilla en el marco de la gira que realizan por España para relanzar el turismo y la economía tras la crisis del Coronavirus.
Ya en 2007, el rey de Marruecos, Mohamed VI, condenó y denunció la visita de los reyes de España a Ceuta y Melilla e incluso amenazó con acabar con las relaciones entre los dos países. Según fuente de Zarzuela, Sánchez tiene miedo de que se repita la misma situación y se agrave el conflicto diplomático por la cuestión fronteriza.
Para evitar nuevas tensiones entre Marruecos y España, Pedro Sánchez ha cedido a las presiones de Marruecos y ha impedido que Felipe VI y Doña Letizia puedan ir a visitar las dos ciudades autónomas. La indignación en Casa Real es aún mayor porque la decisión del Ejecutivo de Sánchez se ha recibido como una provocación.
Malestar por las formas
Y es que lo que más ha molestado no es la prohibición en sí sino las formas. El Rey Felipe se ha enterado literalmente por la prensa de que tenía que anular el viaje ya programado. El pasado viernes 3 de julio, la agencia gubernamental EFE distribuyó una nota de prensa informando que los reyes no acudirían a Ceuta y Melilla.
La decisión no sólo hizo enfurecer al rey Felipe sino también a las instituciones ceutíes y melillenses, que han expresado en privado su malestar por el hecho de que el presidente del Gobierno de España se preocupe más por lo que pensarán en Marruecos que por el derecho de ambas ciudades de recibir al monarca.
Los vecinos de Ceuta y Melilla están harto de ceder siempre a las presiones de Marruecos. Casa Real no descarta hacer pública una nota lamentando la suspensión del viaje y dejando a los pies de los caballos a Moncloa.
La tensión vivida a raíz de este hecho entre Zarzuela y Moncloa alcanza niveles nunca vistos anteriormente y amenaza con una situación límite entre las dos máximas instituciones del Estado. Mientras, el Gobierno sigue preocupado por el cierre de fronteras entre España y Marruecos que eleva la tensión entre los dos países vecinos.