«Mamá, yo también voy a donar mis órganos, para qué nos los queremos llevar al cementerio si es mejor que podamos salvar vidas». Esto es lo que le dijo en una ocasión a su madre Alicia, la niña de 9 años fallecida este sábado en un accidente con un patinete cuya valiente decisión se hará ahora realidad para conseguir salvar otras vidas.
La pequeña Alicia murió al chocar con una moto cuando perdió el equilibrio con el patinete en el que iba, y tras el trágico accidente su madre, Alicia Tudela López, tuvo que tomar una dura decisión: desconectar a su hija de la respiración asistida. Fue entonces cuando los médicos del Hospital Virgen de la Arrixaca, en Murcia, le plantearon la decisión de donar los órganos, y ella, también donante, no lo dudó.
Esta madre pudo cumplir así el último deseo expresado por su hija, una niña «con muchos valores humanos y éticos», en aquella ocasión, cuando le dijo que ella también quería dar sus órganos cuando llegara el momento. «Era una cría con una calidad humana sobrenatural», dijo su madre entre lágrimas tras la dura decisión.
Dura y valiente, porque gracias a esta niña amante de la naturaleza y el yoga dos matrimonios podrán tener la esperanza de poder ver crecer a sus hijos ya que, según cuenta Alicia, «sus riñones han sido donados a dos niños, más o menos de la misma edad, que estaban muy graves en diálisis y ahora podrán vivir gracias a ella».
Así, con esa luz de esperanza, acaba esta trágica historia que empezó el viernes a las cinco de la tarde, cuando Alicia y su hermano mellizo, Álvaro, salieron a jugar con un patinete en las calles de El Niño de la Mula, una pedanía a cinco kilómetros del casco urbano. Al bajar por una fuerte pendiente con el patín, la pequeña de 9 años colisionó con una moto a gran velocidad.
Ante los gritos de socorro de su hermana, testigo del impacto, dos vecinos de la zona salieron a ver qué ocurría y al ver el cuerpo ensangrentado de la niña telefonearon a emergencias, que acudieron junto con bomberos y policía al lugar del accidente.
Una difícil decisión
Según cuenta su propia madre, al patín se le giró una rueda, le hizo la tijera y el cuerpo de la niña salió volando con tan mala fortuna que impactó en una moto, quedando su ojo izquierdo muy dañado. Su cerebro perdió mucho oxígeno y entró en shock, pero los servicios de emergencia lograron mantenerla con vida mientras trataban de liberarla durante una hora.
La pequeña Alicia fue ingresada con vida en el hospital, donde los médicos trataron durante horas de encontrar una solución que nunca llegó. El parte médico del sábado confirmó la muerte cerebral de la niña, aunque su cuerpo seguía estable por las máquinas y eso hacía posible la donación de órganos.
Descompuesta por la muerte de su hija, Alicia, madre de dos niños más de 9 y 16 años, tuvo que hacer frente entonces a la petición del coordinador de donación de órganos del hospital murciano. «Piensa que el corazón de la niña puede seguir vivo en el cuerpo de otra persona», le dijo su primo Alfonso, y fue entonces cuando recordó la conversación que una vez tuvo con su hija.
Alicia tiene 45 años, es donante de órganos y de sangre, y está en el banco de donantes de médula ósea de la Fundación Josep Carreras. «He querido respetar su voluntad, siempre ha tenido grandes valores», recuerda ahora emocionada.
La pequeña Alicia era una niña muy vital a la que le encantaba bailar en las comparsas de los carnavales y que siempre llevaba a casa los animales desvalidos que encontraba por la calle. Ahora, su valiente decisión logrará salvar otras vidas.