Ya tenemos la Navidad a la vuelta de la esquina. Las calles ya se han llenado de magia e ilusión para que los ciudadanos disfruten de unas fiestas navideñas con ahínco. Dentro de esas fechas tan señaladas, hay dos días marcados con fuerza en el calendario: el día de Papá Noel y el día de Reyes.
Los regalos han ido cogiendo protagonismo año tras año, convirtiéndose en la guinda del pastel de la Navidad. No obstante, la relevancia de estos ha provocado más de un quebradero de cabeza para aquellos que regalan. Cada vez resulta más complicado escoger la opción correcta.
Es por eso que desde hace ya un tiempo muchas personas han visto con muy buenos ojos el hecho de regalar dinero, algo que no decepciona ni desagrada. Quizás este año, ese grupo de personas tenga que pensarse seriamente su decisión a la hora de obsequiar, por qué Hacienda está al acecho.
No hay que despertar al dragón
Según el artículo 618 del Código Civil, una donación es "un acto de liberalidad por el cual una persona dispone gratuitamente de una cosa en favor de la otra, que la acepta". En otras palabras, dar dinero a una persona o entidad sin la necesidad de recibir algo a cambio.
Si nos basamos en la definición literal del concepto, cualquier regalo sería considerado como una donación, y debería declararse en la Agencia Tributaria. De este modo, cualquier traspaso de dinero en efectivo está considerado como tal.
La Hacienda viene persiguiendo con detenimiento el blanqueo de capitales, para intentar reducir la elevada cantidad de dinero negro que se mueve en España. Por este motivo, es conveniente saber de qué forma podemos enviar o recibir dinero de nuestros seres queridos sin jugarnos una multa económica.
Sin embargo, existe una creencia popular que declara que las donaciones que no superen el importe de 3.000 euros están exentas del pago de impuestos. Cabe aclarar que esto se debe a que las entidades bancarias se ven en la obligación de notificar a Hacienda sobre los movimientos sospechosos en las cuentas corrientes de los usuarios.
Hacienda también va a tener su regalo bajo el árbol de Navidad
El importe del Impuesto de Sucesiones y Donaciones varía según muchos factores. Uno de ellos es la comunidad autónoma en la que se produzca la donación, ya que se trata de una cesión de competencia a estos territorios.
Por otro lado, la cantidad también cambiará de acuerdo con el grado de parentesco entre ambas partes. Cuanto más cercano sea el vínculo, menos impuestos se deberán abonar. Además, la cuota a tributar depende del importe donado, con un porcentaje que puede ir desde el 7,65% hasta el 34%.
De esta manera, cualquier donación realizada durante las fiestas de Navidad deberá conllevar la presentación de la liquidación del impuesto a Hacienda en un periodo de 30 días hábiles.
En caso de no hacerlo, la Agencia Tributaria puede imponer una sanción económica mediante un aviso previo. Se dispone de un mes desde su recibo para rendir cuentas con el fisco, que tiene hasta cuatro años para reclamar su pago.
Las donaciones no declaradas inferiores a los 3.000 euros, serán infracciones leves y se pagará una multa proporcional al 50% de la cantidad que se ha dejado de pagar a Hacienda.