Danielle Finlay era una joven británica que como otros muchos habitantes de Mallorca estaba esperando que llegara la temporada turística para empezar a trabajar. Desgraciadamente, fue encontrada muerta en su apartamento del edificio María Elena, situado en plena zona Punta Ballena de Magaluf.
Según publica 'Última Hora', la joven vivía sola y todo apunta a que decidió quitarse la vida por motivos que aún se desconocen. Fueron sus amigos, quienes preocupados, llamaron al 112 para alertar de su ausencia.
Antes de que llegará la Guardia Civil y la Policía Local de Calvià, consiguieron una llave del casero de Danielle y entraron, encontrando su cuerpo dentro de un armario. Eran pocos minutos antes de las 9 de la noche de este martes, pero ya llevaría varias horas muerta.
José, un socorrista de la playa de Magaluf y vecino del edificio, explicaba como «fui a ayudar porque saben que soy socorrista, pero era tarde. La chica había muerto hacía varias horas y desgraciadamente no pude hacer nada».
Los que la conocían la definían como una chica alegre, que adoraba la música y llena de vida pero desde hace algunas semanas veían que algo estaba cambiando en ella. Es por eso que empezaron a sospechar al no saber nada de ella.
Como muchos otros británicos, vivía estos rodeada de sus compatriotas, «haciendo piña» a la espera de volver a trabajar. Es por eso que sus conocidos han quedado destrozados por la noticia. Estos iniciaron una campaña para obtener las 3.000 libras (3.300 euros) necesarias para repatriarla y ahorrárselos a la familia y, en un pequeño milagro, los obtuvieron en solo 7 horas.