La historia de Dani Porro está muy vigente todavía. Hace unas semanas este enfermero fallecía en Argentina después de que fuera víctima de varias palizas por parte de sus vecinos. Lo veían como una amenaza para su salud tras contagiarse por coronavirus.
Fue duramente atacado por personas de su barrio en la provincia de Neuquén tras conocerse que estaba infectado por el virus. Le golpearon con una gran brutalidad para que se marchara de la zona.
Pero no se contentaron con agredir al enfermero. También le robaron el coche y le incendiaron la casa. Hicieron todo lo posible para que se fuera.
En aquel momento, Dani Porro aseguró a un medio local que estaba "atravesando por una situación de extrema violencia". El pasado 4 de julio se metió en la cama, pero nunca más despertó. Había muerto de un paro cardíaco.
Fue a la casa de su madre a descansar, y durante la noche "uno de sus hermanos pasó por la habitación y ya estaba muerto". Así lo contaba su padre, muy emocionado por la situación.
Su progenitor explicó que "nunca se pudo recuperar de aquel rechazo social". Desde que empezó a sufrir los ataques del vecindario no "volvió a dormir bien". Contaba que "trabajaba durante el día y por la noche se acostaba, pero no podía conciliar el sueño".
Fueron meses de mucha tensión, en los que iba a trabajar sin apenas pegar ojo. Dani Porro se contagió el 19 de junio del año pasado. Desde que diera positivo en las pruebas trató de aislarse lo máximo posible en su vivienda.
Con el tiempo se acabaría recuperando de la enfermedad, pero el odio del vecindario continuaba. Así se lo transmitían prácticamente a diario con sus amenazas.
"Ándate, porque sos un caso positivo y te vamos a quemar la casa. No queremos gente como vos acá en el barrio", le soltó una persona. Un día, uno de estos vecinos llamó al enfermero, que harto de los insultos, decidió enfrentarse a él.
La situación provocó una pelea, en donde Dani acabaría muy dañado. Le dieron muchos golpes y le patearon hasta dejarlo casi inconsciente. Recordaba que "me golpearon por todos los lados entre varias personas, y todavía estoy en proceso de recuperación".
El enfermero acabó en el hospital con múltiples heridas
Aquella paliza le condujo al hospital. Pero además de tener que enfrentarse a los vecinos, también tuvo en su contra a la justicia. El fiscal del caso aseguró que su versión no era congruente.
Su caso dio la vuelta al mundo y no solo por la agresión. Él había estado en primera línea cuidando de los enfermos, dando soporte a las personas aquejadas por el virus. Y la gente de su barrio se lo agradecía así.
Tampoco fue mucho mejor el trato dispensado por la empresa. En el trabajo "le soltaron la mano" y lo acabaron despidiendo, confirmó su padre. Con el tiempo conseguiría otro empleo en un centro de salud, pero el daño ya estaba hecho.
Nunca se llegó a recuperar del daño emocional. Aquellas situaciones que tuvo que padecer resultaron muy dañinas para el enfermero.
Su padre quiso mantener vivo el recuerdo de Dani Porro. Por eso no dudó en compartir en las redes sociales algunas de las canciones que había grabado durante el periodo de aislamiento. Las imágenes del sanitario con su guitarra se hicieron virales en muy poco tiempo.
La mayoría de usuarios alabaron su enorme valentía, por anteponer la salud de los demás por delante de la suya. Sin embargo, ni la justicia ni sus vecinos pensaban lo mismo. Así se lo dejaron claro con sus comportamientos durante tantos meses.